EL DON DE LOS DONES: EL ESPÍRITU SANTO



EL DON DE LOS DONES: EL ESPÍRITU SANTO
 
Jesús dijo, "Pidan y recibirán, busquen y encontrarán; llamen y la puerta se abrirá para usted…" Además, Jesús dijo que todo lo que pidan en mi nombre, se les dará y pidan para que su alegría sea completa.
¿Qué debemos pedir al Señor, sobre todo porque la bondad, la generosidad, la magnanimidad, desbordante de recompensa, es la esencia de Su naturaleza?
Muchos piden y no reciben,  porque la petición no resultará en glorificar a Dios, ni en su santificación, ni  tampoco, en la santificación de los demás. Como un buen Padre, Dios puede decir "No", si en su Divina Providencia, prevé que al conceder esa petición, podría ser espiritualmente perjudicial para el alma.


Sin embargo, existe un "Regalo" que nosotros podemos rogar al Señor y este "Regalo de los Regalos" Jesús siempre está dispuesto a darnos a nosotros, si estamos abiertos a recibirlo. Este "Regalo" es el Espíritu Santo.
 

Que importante es realmente la oración! Escuchar las palabras del gran Doctor de la iglesia, San Alfonso María de Ligorio: "todos los adultos que están en el cielo existen porque rezaron; si nunca hubieran  rezado, nunca habrían alcanzado el cielo. Todos los que están en el infierno están ahí, porque descuidaron la oración; si hubieran rezado, no estarían en el infierno, pero si en el cielo. Dos delincuentes murieron, uno a cada lado de Jesús; uno de ellos oro y se salvó; y el otro no oro y se perdió”.




Primera noche del Domingo de la Resurrección, Jesús caminó a través de las paredes de la sala superior — el Cenáculo, donde los Apóstoles estaban escondidos por temor.  Él, los saludó, "Shalom!" La Paz este con ustedes.  Entonces Jesús sopló sobre ellos, el "Don de los Dones, el Espíritu Santo, expresando estas palabras: «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan». (Juan 20:21-23)
Cuando el rey David fue ungido por el profeta Samuel, el texto sagrado dice que desde ese momento el Espíritu Santo, se abalanzó sobre David. Oremos fervientemente que el Espíritu Santo, se precipite sobre nosotros.  Que el Espíritu Santo, purifique nuestras memorias de pecados pasados; que el Espíritu Santo, ilumine nuestras mentes con la verdad; ¿Qué el Espíritu Santo, pueda encender nuestros corazones con el fuego del amor divino.
Después de un intenso período de nueve días de oración---la primera novena en la Iglesia Católica---una bomba espiritual estalló en la sala superior!  María, la madre de Jesús y los apóstoles, habían estado orando y en ayunando durante nueve días.  La importancia de la oración es alcanzar el regalo de los regalos, el Espíritu Santo.

Un fuerte viento, un temblor de la casa y el descenso del fuego.  Lenguas de fuego realmente descendieron sobre los Apóstoles y María.
Hombres que pocos días antes, habían estado atemorizados, alejándose de Jesús, abandonando a Jesús e incluso negando a Jesús tres veces, fueron totalmente transformados.  Las espinas se  transforman en rosas; el carbón en un diamante hermoso, las nubes y la tormenta se calman y el hermoso arco iris se pinta en el cielo. Incluso un gusano feo puede crecer alas y volar, transformado en mariposa.
Más importantes, los pobres pecadores pueden transformarse en grandes Santos, si permiten la invasión divina del Espíritu Santo.  Beato Juan XXIII afirmó, que los santos son la obra maestra del Espíritu Santo.
Estos apóstoles por lo tanto, se catapultó a los cuatro rincones del mundo para predicar la palabra de Dios en la obediencia a Jesús, cuyas últimas palabras fueron: Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo». (Mateo 28:18-20)
Siendo crucificado boca abajo, crucificado en la forma de una x y colgado en la Cruz por días, decapitación e incluso uno de ellos ser despellejado vivo y al final decapitado. ¿Supóngase quien fue el último?   Todos estos eran hombres temerosos, cobardes esa primera noche de Jueves Santo, quienes  permitieron el "regalo de los regalos", el Espíritu Santo, a entrar a sus mentes, corazones y transformar sus vidas en su totalidad!

El mismo Pedro que negó a Jesús tres veces, el Jueves Santo después de la última Cena, después de Pentecostés y el descenso del Espíritu Santo, lanza un sermón y el neto resultado, fue la conversión de 3.000 almas a Cristo!  El Poder y la capacidad de transformar del Espíritu Santo, está limitado sólo a nuestra falta de fe y la confianza en el poder de Dios.
En una ocasión el cardenal Suenens estaba predicando en una Misa al aire libre, en una Universidad reconocida. El día estaba nublado, había llovizna y la Misa en peligro de ser suspendida por la lluvia. Su eminencia levantó su voz y predicó alto y claro: "Desea usted conocer el verdadero secreto de la unión con el Espíritu Santo?" hubo silencio!  El cardenal continuó: "El secreto de la unión profunda con el Espíritu Santo, es el amor y la devoción a María!" Inmediatamente un fuerte aplauso de un  trueno, se oyó, seguido por un rayo y luego milagrosamente, desaparecieron las nubes y el sol se abrió a través del cielo, como si le sonriera al cardenal y a todos los que estaban escuchando.
El gran Santo Mariano, Louis de Montfort, expresó sucintamente: "aquellos que aman a  María, el Espíritu Santo, se lanza a Sí mismo en sus almas."
María es la hija de Dios el Padre, la Madre de Dios Hijo y ella es la Esposa Mística del Espíritu Santo
Por lo tanto, Pidamos el "Don de los Dones", el mayor de los Dones del Espíritu Santo!  Ven Espíritu Santo, ven, a través del corazón de María!

Escrito: Fr. Ed. Broom/Traducción: Gloria Muñoz