COMPASIÓN FALSA Y PURGATORIO

                                                                                                               
“¡Gracias a Dios, él ya no está sufriendo!" "¡Él está en mejor lugar!" "¡Él está definitivamente en el cielo!"  Cuando un ser querido muere, esto es lo que se escucha sobre el difunto y claro, ¡lo dicen con la mejor intención!

Mi respuesta a estas expresiones que parecen ser dichas por compasión es: ¿Cómo sabemos que ya no está sufriendo?  ¿Qué certitud tenemos que ya está en el cielo y en un mejor lugar?  ¿Quién te dijo o realmente lo puedes ver?
Sólo el Santo Padre, el Papa, puede oficialmente canonizar a alguien después de que esa persona ha fallecido.  Es más, el proceso de canonización no se llevará a cabo en el entierro de la persona, pero después de un estudio largo y tedioso.  Este estudio se hace para ver si la persona verdaderamente vivió virtudes heroicas.  Es más, como parte del proceso de canonización, la Iglesia requiere tres milagros concedidos por su intercesión.

Estos son tres errores más comunes respecto a nuestros amigos y familiares que han fallecido y a quienes debemos amar y desear que estén en cielo.  Presentamos por consiguiente tres obras de caridad concretas para nuestros queridos difuntos.
                     

Primero, PROCESO DE CANONIZACIÓN EXTRAOFICIAL: Ningún sacerdote o diácono ni el obispo mismo, puede afirmar con certitud que un adulto que ha muerto está definitivamente en el cielo.  Tenemos que confiar en la misericordia infinita de Dios y movidos por la virtud de esperanza. Sin embargo, para anunciar oficialmente que es persona ya está en el cielo es grave error. ¿Por qué?  Porque si pensamos que la persona ya está en el cielo, no ofreceremos oraciones por él; pensaremos que no son necesarias. ¡Nadie rezará orar por él!
                     

Segundo, OMITIR REZAR POR ÉL.  El Papa san Gregorio Magno, tuvo un amigo que murió.  Sucedió que el Papa no sólo ofreció una Misa, ni Misas por una semana, sino por un mes entero (30 Misas) ofreció Misas por su amigo.  Después de un mes de Misas, se le apareció su amigo y le reveló que ya estaba en el cielo, pero sólo después de que el Santo Padre había ofrecido 30 Misas por él.  ¡Este es el origen de las "Misas Gregorianas" (30 Misas consecutivas) ofrecidas para el difunto!

Tercero, ¡COMPASIÓN FALSA : USO DE CLICHE´s PIADOSOS!  Frases como "¡él ya no está sufriendo!'' o "¡está en un mejor lugar!" "está en el cielo con los ángeles y santos!" ¡Nosotros en realidad no sabemos en dónde está!   ¡Ni nosotros sabemos, ni el Papa, ni un místico sabe el destino del difunto!  Estos dichos son una “compasión falsa” que causan que no se ofrezcan oraciones, sacrificios y Misas por el difunto. Y si de hecho está en el purgatorio, podría estar detenido allí más tiempo de lo necesario si tan solo se hubies se ofrecen oraciones frecuentes, fervientes y llenas de confianza para el alivio de su alma inmortal!

Entonces, ¿qué podemos hacer para aliviar las almas de nuestros difuntos hermanos y hermanas?
En primer lugar, ¡REZAR!  Una vez que hemos muerto, ya no podemos ameritar!  Sin embargo, mientras vivimos, todavía podemos ganar méritos por medio de la oración, sacrificios, obras de caridad y recibir los Sacramentos y sobre todo la Santísima Eucaristía--- con disposicion ferviente. Nunca podemos equivocarnos rezando en cualquier momento y lugar por las almas en el Purgatorio. Sus sufrimientos son los más intensos pero nuestras oraciones son un alivio refrescante que los preparan para la unión final con la Santisima Trinidad en el Cielo.
                             
Segundo, ¡MISAS!  Sin duda, el medio más eficaz y la mejor oración para mitigar el dolor de las almas del Purgatorio es la ofrenda del Santo Sacrificio de la Misa.  La Misa purifica las manchas de las almas aún detenidas en el Purgatorio.
                                

 San Nicolás de Tolentino, frecuentemente representado celebrando Misa, puede verse consagrando la Preciosísima Sangre y abajo de él es visto una visión del Purgatorio. El Precioso Cuerpo y la Sangre de Jesús purifican los pecados del alma en el Purgatorio y le conceden la liberación de este estado temporario de Purificación y el acceso al cielo.  Uno de los motivos principales por qué San Nicolás quiso hacerse sacerdote era precisamente esto: ¡para ofrecer las más Misas posible por las almas en el Purgatorio y darles alas para volar a cielo! ¡Estas almas en el Purgatorio que han ganado méritos de tus rezos y sacrificios estarán eternamente agradecidas por tu caridad y en turno rezarán por ti!
Tercero, ¡INDULGENCIAS!  La Iglesia, siendo Madre y Maestra, y teniendo recursos infinitos de tesoros espirituales, nos ofrece muchas oportunidades para recibir INDULGENCIAS.  ¿Cuáles son las condiciones? Aquí están: Confesión, Comunión Sacramental, rezar el Rosario ante el Santísimo Sacramento o en familia, leyendo la Biblia por lo menos media hora, orando por las intenciones del Santo Padre y más importante, desprenderse del pecado, hasta el afecto al pecado venial!

¡Si todas estas condiciones se llevan a cabo, y la Comunión se ofrece para un alma en el Purgatorio, una indulgencia plenaria se puede aplicar a esa alma y se le concederá la libertad del Purgatorio!
                     
La película El Gran Milagro, que se trata de la Santa Misa, muestra a "Cata", una mujer anciana piadosa y santa recibiendo la Sagrada Comunión.  Su Ángel de la Guarda señala que esta mujer tiene un alma pura. Al recibir la Sagrada Comunión, el Purgatorio se abre, el Ángel de la Guarda desciende al Purgatorio y se lleva a un alma al cielo, ¡donde los ángeles y los santos y Dios Mismo reciben a esa alma!

De hecho, podemos llegar a ser los "Bomberos Divinos":  orando, sacrificandonos y ofreciendo Misas con el fin de liberar las almas pobres y dependientes; que dependen de la misericordia de Dios y de nuestro amor---y así llevarlos al Señor. “El Señor es mi pastor nada me falta…”  
                                                             
 Por último, los santos han señalado que especialmente en días de fiesta Marianas---la Asunción, Inmaculada Concepción , nuestra Señora del Monte Carmelo, muchas almas se alivian de sus sufrimientos y muchas almas son llevadas al cielo en esos días!
¡María, Madre de Dios, Madre de Misericordia,
ruega por nuestros queridos difuntos
y llevalos al cielo sin peligro!