AMISTAD CON EL MEJOR DE LOS AMIGOS: JESUCRISTO



En la vida no hay mejor objetivo, búsqueda o empresa, que diariamente crecer en amistad con Jesús nuestro Señor.   Muchos se dedican a la búsqueda de cosas meramente mundanas que ocupan tiempo, esfuerzo, dinero, sangre, sudor y lagrimas.  Sin embargo esto termina en tristeza, desengaño y derrota.

Buscar de todo corazón una amistad con Jesús  satisface los anhelos más sublimes del corazón humano.  Un gran converso que por más de 30 años buscó la felicidad en el placer, la sensualidad y la mundanalidad, llegó a encontrar la verdadera  felicidad en Jesús.    En sus Confesiones afirma, “O Señor  has hecho nuestro corazón para Ti’ y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Tí.”     ¿Cómo se puede crecer en amistad con Jesús?
 
1.    ! EVITAR  EL PECADO!    ¡Empezando con lo negativo!    Como en cualquier amistad, debemos formar el firme propósito de evitar todo lo que la dañe, hiera o rompa.    El pecado daña, debilita, y enfría nuestra amistad con Jesús.  Y si es pecado mortal, l’amistad se CORTA y ROMPE.  En esta amistad con Jesús, nuestro mayor enemigo es el pecado.  Domingo Savio en su propósito de Primera Comunión firmemente declaró – ¡Jesús es mi mejor amigo, la muerte antes que pecar!

 

2.      ¡ CONÓCELO!   El sentido común nos enseña que no podemos amar a quien no conocemos.  Es lo mismo en nuestra relación con Jesús:  ¡debemos de llegar a conocer a Jesús!   ¿Cuál es la mejor forma?   ¡Los Evangelios!  Los cuatro Evangelios son el  “corazón de la Biblia”, precisamente porque nos dan ha saber quien es Jesús.  Los Evangelios contienen las propias palabras de Jesús,  Sus milagros, Su ejemplo, Sus sanaciones, Su amor por nosotros al morir en la cruz y Su resurrección al tercer día.  Cada día que pasa, debemos tener el Evangelio en nuestras manos.  Debemos rezar antes de leer, meditar devotamente, asimilar el contenido, vivirlo y dejar que el Evangelio nos transforme.  San Jerónimo dijo, “¡ignorancia de la Escritura es ignorancia de Cristo!”      ¡Que afortunados  somos de poder leer, de tener acceso a los Evangelios y de tener maestros que nos enseñen a meditar estos sagrados textos!

3.     COMUNIÓN  ESPIRITUAL.  La practica de una “Comunión Espiritual”  es altamente recomendada por los santos ---  especialmente por San Alfonso Ligorio y el Papa Benedicto XVI en su documento “Sacramentum Caritatis.”  Uno puede hacer todas las  comuniones espirituales que uno desee.  Efectivamente, es una excelente manera de mantener el amor por Jesús ardiente en nuestros corazones. 


4.     VISITAS EUCARÍSTICAS:  ¡El ser sacerdote o religiosa tiene muchas bendiciones especiales!  ¡Una de estas bendiciones es vivir bajo el mismo techo con el Santísimo Sacramento!   Pero aún si la persona no es sacerdote o religiosa,  Jesús esta siempre esperando que tú lo visites en el Santísimo Sacramento, en el Sagrario.  Él sufre de soledad y anhela que tú lo visites.  Él mismo dice:  “Vengan a Mí los que estén agobiados que yo los aliviaré… “ (Mt 11:28-30).   De niño me acuerdo haber aprendido este corto poema:  “Cada vez que veo un templo, paro para visitar un momento, para que cuando yo muera el Señor no diga – “¿A quién es que Yo contemplo?”


5.     ¡HORA SANTA !   Aún mejor, ¿Por qué no hacer una Hora Santa?  ¡Una breve visita está bien, pero una visita más larga es mejor!  Los verdaderos amigos desean pasar largos tiempos juntos.  ¡Fácilmente vemos una película, vamos a juego de beisbol, vemos una telenovela, vamos al centro comercial para ver de tienda en tienda hasta que “el cuerpo aguante!”  ¡La noche antes del “Viernes Negro” miles en todo el país, duermen afuera de la tienda para comprar!   ¡Que insignificante es este afán de comprar en comparación con estar en presencia de Jesús,  el mejor de los Amigos.  Si nunca ha hecho una Hora Santa, traiga consigo tres cosas que le ayuden:  la Biblia, el Rosario y un libro de oración.  Con la Biblia, puede meditar la palabra de Dios, con el Rosario hable con Jesús por medio de María, con el libro de oración (usando la  oración vocal formal), puede hablar con Jesús, María, los Ángeles y los santos.  Cuando esté ante el Santísimo, puede levantar la mirada y contemplar a Jesús, hablar con Él de corazón a corazón, amarle, agradecerle, adorarle, pedirle alguna gracia, hablar con Él de lo esté pensando, o simplemente descansar silenciosamente en Su presencia cálida y amorosa.  El Venerable Fulton Sheen le llamaba “ la Hora Diaria de Poder”

6.     LA SANTA MISA Y LA SANTA COMUNIÓN:  Sin duda alguna, la mejor acción que podemos hacer en nuestra vida es asistir al Santo Sacrificio de la Misa y recibir el fruto sublime de la Misa, la Santa Comunión.  La Santa Comunión es verdaderamente el Cuerpo, Sangre, Alma, y Divinidad de nuestro Señor Jesús.  Los ángeles del cielo nos miran con santa envidia, en cuanto a la Sagrada Comunión.  Porque a pesar de que todos ellos son superiores a nosotros en inteligencia, poder de voluntad y en amor a Dios, ni el ángel más alto del cielo puede recibir en su ser a Jesús en la Sagrada Comunión.  Nuestra santificación depende grandemente en la frecuencia, la disposición, y la manera que recibimos la Sagrada Comunión.   Nuestra disposición debe ser la siguiente:  “¡Jesús, que hoy yo te reciba en la Santa Comunión como si fuese mi Primera Comunión, mi última Comunión,  y mi única Comunión, y la Comunión con que seré juzgado por toda la eternidad!  Con esta disposición, nuestra Comunión aumentara’ en fervor, frecuencia y fecundidad y poco a poco nos transformará en santos – “Ya no soy yo quién vive sino Cristo quien vive en mí” (San Pablo)


7.     LECTURA Y ESTUDIO SOBRE LA EUCARISTÍA :   Nunca hemos vivido en un mundo con tanta información,  y al mismo tiempo con tanta confusión.  ¡Vivimos en la “Edad Dorada” de la literatura espiritual clásica!  ¿Dónde podemos comenzar?  El Catecismo de la Iglesia Católica,  el Diario de Santa Faustina (cuarto libro),  La Imitación de Cristo escrito por Tomás Kempis (cuarto libro), La Eucaristía del Padre Lovasik, las encíclicas del Papa Juan Pablo II sobre la Eucaristía,  Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI, la Constitución Dogmática del Vaticano II sobre la Sagrada Liturgia, “Sacrosanctum concilium”, o aún cualquiera de los pequeños libros sobre la Misa y la Eucaristía escritos por Peter Julian Eymard.  La literatura es interminable, pero empiece con uno de estos materiales o consulte a su director espiritual.

8.     ¡APOSTOL EUCARÍSTICO!  Cuando verdaderamente amamos a alguien o algo, se nos hace dilación contarle a otros de esa persona o cosa.  Cuando Andrés conoce a Jesús y lo ama,  él no pudo quedarse con Jesús para si’ mismo, él corrió  con su hermano Simón Pedro y le contó.  Aquí empezó una larga y creciente amistad entre Jesús y Simón Pedro, a pesar de la caída y debilidad humana de Pedro.  Definitivamente, debería  ser nuestro más ardiente deseo que otros también conozcan, amen y sigan a Jesús.  Hoy en día, muchos están como ovejas sin pastor, barco sin puerto, flecha sin destino, mascota sin amo,  gallina sin cabeza, o incluso como el perro que persigue su cola.  El libro de Jonás concluye con estas palabras: “estas personas no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda.”  La confusión abunda simplemente debido a la falta de conocimiento y amor a Jesús.  Haz un firme propósito de llevar a Jesús a otros y otros a Jesús.  


9.     ¡REPARACIÓN!  Hace cientos de años en un convento en Francia, Jesús le dice a Santa Margaret Mary Aloqoque, “he aquí el corazón que tanto ha amado y sólo recibe a cambio indiferencia.”  Jesús sufre por la indiferencia y apatía hacia su amor.  Aún más hoy en día, la ignorancia, la indiferencia y la apatía reinan.  Jesús sufre enormemente debido a la indiferencia religiosa; nos advierte en el libro de Apocalipsis “Estás ni caliente ni frío – ¡ojala’ fueses frío o caliente!– pero estás tibio, te vomitaré de mi boca.  Debido a esta indiferencia tan esparcida hacia Jesús en la Eucaristía, debemos hacer reparación al igual que consolar el corazón sufriente de Jesús.   ¿Cómo?  ¡La mejor manera es ofrecer la Santa Comunión  y ofrecer Misas de reparación!


10. ¡MARIA Y LA EUCARISTIA!  Acude seguido a la Santísima Virgen María y pídele su poderosa intercesión para que crezcas en amistad con Jesús.  En el mundo no ha habido amistad más tierna, amorosa, íntima, profunda y fiel que con la Santísima Virgen María.  Empezando hoy, nuestra amistad con Jesús debe de aumentar.  Tal vez en el pasado nuestra relación con Jesús ha sido como una montaña rusa, con altos y bajos, días buenos y días malos, fidelidad y fallas.  Pero con la Virgen María no fue así.  La relación entre Jesús y su Madre María se puede comparar con un cohete que despega hacia la luna.  Sube, sube, sube y siguió subiendo.  Nunca hacia bajo.  El amor y amistad entre Jesús y María siempre fue en aumento.   Es por esta razón que podemos acudir a la Santísima Virgen para que seamos como un “cohete” y no como una “montaña rusa.”