MAL MODERNO: ¡LA TIBIEZA ENTRE LOS CRISTIANOS!!!




 Uno de los versículos más fuertes y aterradores se encuentra en Apocalipsis, el último libro de la Biblia.  Se envía un mensaje a las siete iglesias de Asia menor:  Ephesus, Smyrna, Pégamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y finalmente Laodicea.  Pero para la última de estas iglesias un mensaje impactante y amenazante suena: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, o caliente!   Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. " (Ap. 3:15-16).  Anteriormente también escuchamos el mismo mensaje con un leve cambio de palabras: "Has perdido tu primer amor..."

El gran poeta inglés T.S. Eliot lo expresó así: "Esta es la forma que el mundo termina, no con un estallido, sino con un quejido".


 ¿Qué ha pasado con el mundo moderno con los cristianos, católicos, supuestos "Seguidores de Cristo"?   Se ha perdido ese amor apasionado por los Santos, por Jesús, por la Iglesia y por la salvación de las almas inmortales.   Jim Morrison del grupo de Rock n' Roll de los años 60 compuso la canción inmortal, "Vamos nena, enciende mi fuego."   Existe la pasión en el corazón del hombre moderno, ¡pero una pasión por cosas equivocadas!  La bebida, las drogas, la pornografía, el sexo, el dinero, el poder, la riqueza, la fama, las fiestas y lujosos manjares --- el mundo va tras todo esto buscando una verdadera "pasión" o "gusto" de los placeres de la vida.  Dichos modernos resuenan en las mentes y los corazones de los hombres, tales como, "¡Es tiempo de pasársela bien, tiempo de una cerveza Miller!"   O "Tiempo de sacarle todo el gusto a la vida" (¡con cerveza!).  Otro, "¡Te mereces un descanso hoy en McDonald´s!"  Tomarse una cerveza, o comerse una hamburguesa con papas fritas no es pecado, pero si esto es nuestra pasión, entonces vamos por camino equivocado.


El movimiento y la dirección de nuestro corazón debe dirigirse a otra pasión, otro fuego, ¡hacia JESÚS!  Él dijo: "He venido a traer fuego sobre la tierra y no estoy en paz hasta que este fuego esté encendido".  Como Romeo tenía una pasión por su amor Julieta y Julieta tenía una pasión por su amor Romeo, ¡así debemos nosotros como seguidores de Cristo tienen una pasión para Él!

¿Cuáles son algunos signos visibles de tibieza, que amenaza con extinguir el fuego del amor a Cristo en nuestro corazón?


 1. ¡UNA VIDA DE ORACIÓN DÉBIL Y ANÉMICA!   Santa Teresa de Avila define la oración como querer pasar largo tiempo en silencio con el Amigo que me ama.  Saltarse la oración, la inconstancia en la oración, acortar el tiempo de oración y la distracción intencional en oración --- estas son señales claras de tibieza.  ¡Mi relación con Dios está en proporción directa a mi comunicación con Él en el nivel de la oración!


2. ¡CEDER AL PECADO VENIAL!   San Ignacio de Loyola en su meditación sobre los tres grados de humildad dice que ¡debemos estar dispuestos a morir antes que cometer un pecado mortal, dispuestos a morir antes que cometer un pecado venial deliberado!  El razonamiento de gente tibia es este : "¡Bueno, tan solo es un pecado venial!  ¡Qué importa!"  ¡Santa Teresa de Avila se horrorizaba ante esta actitud!  Si verdaderamente amamos a alguien, ¡no queremos ofender este AMOR incluso ni en lo más mínimo!

3. BAILANDO CON EL "SR. D" (EL DIABLO).   Un auténtico seguidor de Cristo, un verdadero soldado que le pertenece a Cristo, pelea constantemente por Su causa y esto significa una batalla constante contra el diablo, la carne y el mundo.  En el momento que el soldado se da cuenta de la tentación, ¡él lucha y rechaza la tentación desde su comienzo!  La persona tibia permite la tentación, toma unos pasos, baila con la tentación, y finalmente la descarta, ¡pero no un rechazo con verdaderas fuerzas o alguna firme determinación!

4. ¡UNA VIDA LITÚRGICA ANÉMICA Y DISTRAÍDA!   La persona tibia vendrá a Misa, pero con una disposición débil.  Irá a Misa algo apática e indiferente hacia la realidad sagrada del Santo Sacrificio de la Misa, los tibios a menudo llegan tarde, sus ojos vagan de derecha a izquierda, de arriba a abajo, se levanta para ir al baño durante la colecta o incluso tal vez durante la homilía, y luego si recibe la Sagrada Comunión lo hace de una manera mecánica y superficial.  Finalmente aunque llegó tarde, ¡la persona tibia es la primera de salir de Misa!  Por lo tanto, las infinitas bendiciones espirituales que fluyen del Santo Sacrificio de la Misa, ¡se reciben a grado mínimo!

5. ¡LUCY LENGUA-SUELTA!   Pasa tan a menudo que la persona afectada con este mal moderno de la tibieza se da libertad en expresar TODOS los pensamientos que le pasan por la mente!  Sin reflexión o consideración alguna, y mucho menos con ninguna seria meditación espiritual, ¡la persona tibia cae presa a la infecciosa plaga del chisme!  Sin conocer las enseñanzas de la carta de Santiago en donde dice que uno debe ser , "Lento para hablar y pronto para escuchar," la lengua de la persona tibia se convierte en un instrumento para difundir el chisme, mentiras piadosas, chistes de mal gusto, y todo a detrimento y contra la caridad de innumerables personas!   Un día seremos juzgados y ¡tendremos que dar cuenta de cada palabra que pronunciamos!

 6. ¡NO GUARDAR EL RECATO DE LOS OJOS!    Con frecuencia los tibios le dan rienda suelta a la vista viendo todo y cualquier cosa que sale en la televisión.  Telenovelas, anuncios indecentes, las películas modernas con escenas "indecentes", ¡los ojos se comen todas estas escenas sin la menor discreción o discernimiento en cuanto a la calidad moral del contenido!  El Arzobispo Fulton Sheen una vez comentó que ¡una comida asquerosa podría eliminarse por un buen vómito!  Pero no es lo mismo con los ojos que consumen la impureza e indecencia de basura moral.  ¡Los expertos coinciden en que para quitar una imagen impura de la mente puede tardar años!

 7. ¡LA FILOSOFÍA DEL MAÑANA!  C.S. Lewis en su clásico "Cartas del Diablo a su Sobrino" (Screwtape Letters) presenta una escena en donde Satanás está con tres otros demonios planeando la mejor forma de hacer que las almas tropiecen y vayan a dar al infierno.  El primer diablo le aconseja que deberían convencer a la gente que ¡no existe el cielo!  Satanás le replica, "¡No, en la vida la gente sabe que cuando se alcanza un logro, se le otorga un premio y lo mismo lo aplicarán al premio eterno que es el cielo!"  El segundo diablo le sugiere, "¡por qué no convencer a los terrícolas que el infierno no existe!"  Satanás nuevamente replica, "¡estúpido!  Si la gente cree en los premios entonces también creen en el castigo.  Si las cárceles existen entonces también habrá castigo después de la muerte."  Finalmente el tercer diablo se le acerca a Satanás y dice: "¡por qué no convencer a la gente a que dejen su conversión para MAÑANA!!!"  Eufórico y seguro de la victoria, ¡Satanás aplaude la visión del tercer Diablo!  Por lo tanto, el plan de Satanás es convencer a las almas que la vida es larga, que pueden disfrutar de la vida, vivir y disfrutar de placer y el pecado y ¡siempre habrá un mañana para cambiar y para su conversión!   Frecuente los tibios saben que él/ella debería cambiar y renunciar a algún pecado o incluso algún vicio, ¡pero siempre hay un mañana!



En conclusión, recordemos las palabras del libro del Apocalipsis: "Yo conozco tus obras; que ni eres frío ni caliente.  ¡Ojalá fueses frío, o caliente!  Mas, porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. "  (Ap. 3:15-16)

Nunca debemos desalentarnos, sino debemos de confiar más en la infinita misericordia del Sagrado Corazón de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  Podemos salir de las arenas movedizas de la mediocridad y la tibieza.  Con un buen examen de conciencia, una buena confesión, un renovado deseo de tener una vida de oración ferviente y una ardiente devoción a Nuestra Señora, podemos llegar a ser grandes santos.   

  Las últimas palabras de san Ignacio a san Francisco Xavier antes de ir a la India para luego convertirse en el segundo misionero más grande del mundo, después de san Pablo — las palabras fueron, ¡"VE Y PRENDE FUEGO AL MUNDO!!!"   Que nosotros también aceptemos esta exhortación y de esta forma permitamos que las palabras de Jesús nos transformen en apóstoles celos y santos: "¡HE VENIDO A PRENDER  FUEGO SOBRE LA TIERRA y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!"  ¡Que seas TÚ esa flecha ardiente en las manos de nuestro Señor Jesús!