El fuego ardiente en el corazón de Xavier.
“¡ID, INFLAMAD TODAS LAS COSAS!”, estas fueron las últimas palabras de san Ignacio a san Francisco
Xavier cuando lo envió a misionar – san Francisco Xavier fue el segundo más
grande misionero después de san Pablo.
Al embarcar, primero se dirigió a la India, después fue a Japón y más
tarde murió en la orilla del mar que daba vista a China. En sólo 11 años completó su trabajo misionero
y murió de agotamiento a los 46 años de edad.
Igual que Francisco Xavier, todo
seguidor de Cristo es llamado a ser profeta, evangelizador y misionero. Ambos el Beato Papa Juan Pablo II y el Papa
actual, Benedicto XVI, insisten que todo seguidor de Cristo debe tener un
encuentro con Jesús como Amigo y Señor y de esta forma salir a compartir a
Jesús con el mundo. Sería una contradicción si como seguidores de Cristo
guardamos este tesoro de valor infinito (la amistad con Jesús) para nosotros
mismos. San Andrés nos da el
ejemplo. Después de que Jesús lo llamó,
Andrés lleno de júbilo corre para compartir las buenas noticias
("Evangelio") con su hermano Pedro.
¿Cómo fue que en tan poco tiempo san
Francisco Xavier convirtió, bautizó y enseñó la fe católica a miles de
personas? ¿A qué se debió su éxito?
1.
EJERCICIOS ESPIRITUALES. San Ignacio dirigió a san Francisco Xavier en los Ejercicios
Espirituales y fue así que se convirtió. Ignacio desafió a Xavier con esta cita
bíblica: "¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?" Los Ejercicios Espirituales cuando hechos
bien–iluminan, transforman y convierten en celosos apóstoles a quienes los
hacen.
2. OBEDIENCIA. El Santo Padre pidió a Ignacio que enviara
algunos de sus seguidores de la Compañía de Jesús a la India y el extremo
Oriente: Francisco Xavier obedeció. La
obediencia a Dios, al Papa y a la Iglesia siempre es una señal infalible de
santidad, por la cual Dios bendice con gracias abundantes. "¡No se haga mi voluntad, sino la
tuya!" (Esta fue la oración de
Jesús al Padre en el huerto de los Olivos).
3. EL AMOR A LA POBREZA. Al llegar a la India, el corazón de Xavier se
desbordó de amor por los pobres de ese país.
Su amor no conoció límites. ¿Cómo
se manifestó? En lugar de buscar la
comodidad en un albergue cómodo, Xavier vivió con los pobres, durmió como los
pobres, comió y bebió con los pobres y él mismo se hizo pobre. La primera Bienaventuranza de Jesús describe
esta actitud del corazón: "Dichos
los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos."
(MT. 5:3).
4.
AMOR POR LOS NIÑOS. Jesús
predicó el amor por los niños. "Dejad que los niños vengan a mí porque de
los que son como ellos es el reino de los cielos". Francisco Xavier amaba a los niños y ellos lo
amaban a él. Les enseñaba el catecismo y
a rezar. Tanto fue el amor que los niños
le tenían a él que ¡apenas le daban tiempo de hacer sus oraciones e incluso
comer!

5. CREATIVIDAD APOSTÓLICA. Como maestro y misionero, Xavier fue un genio. Para ayudarles a memorizar el Catecismo, hacía uso del canto. Xavier enseñaba a los niños
conceptos básicos del Catecismo con rima y versos sencillos. ¡Y esto tuvo un efecto de dominó! Los niños regresaban a casa y cantaban el
Catecismo enseñándoles así a sus propios padres. El Papa Juan Pablo II exhorta a todo seguidor
de Cristo dejarse guiar por el Espíritu Santo con creatividad apostólica y
nuevas iniciativas. Jesús dijo a
Nicodemo que el Espíritu sopla donde quiere.
Igual que Xavier debemos dejar que el viento del Espíritu Santo nos
lleve en a donde Él desea que vayamos!
6. ¡EL BAUTISMO! Todo comienza con el sacramento del
Bautismo. Después de instruirlos,
¡Francisco Xavier bautizaba a cientos de miles!
Pasaba a veces que al final del día ya no podría alzar su brazo debido
al gran número de personas que bautizaba.
7. PONER ORDEN AL DESORDEN / LA
ORGANIZACIÓN. Este gran Santo después de
terminar su tiempo en un lugar, dejaba catequistas bien formados para que ellos
siguieran con la misión de formar a la comunidad. ¡AYUDANTES Y LÍDERES LAICOS! Hoy más que nunca sacerdotes con celo
apostólico necesitan líderes seglares para ayudar en la tarea de la evangelización. "La mies es mucha pero los obreros son
pocos".
8.
INCULTURACIÓN. Cuando viajó a
Japón, Xavier tuvo que aprender las costumbres sociales de ese país. Pero tal fue el caso que el emperador japonés
rechazó a Xavier al verlo vestido en harapos. Como dice san Pablo, "Me he
hecho esclavo de todos para ganar los más que pueda para Cristo". Xavier se vistió con la ropa de moda más
elegante y obsequió regalos al emperador, así ganándose la amistad del
emperador quien abrió la puerta a la predicación del Evangelio en Japón.

9. ORACIÓN Y PENITENCIA. Es imposible encontrar a un santo que no haya
tomado en serio la ORACIÓN y la PENITENCIA.
Al final de un día agotador, Xavier pasaba horas ante el Santísimo
Sacramento, alabando al Señor, agradeciendo al Señor e implorando por la
santificación y la salvación de las personas que Dios le había puesto en su
camino. Fue intensísimo el consuelo que
Dios dio a Francisco Xavier en su tiempo de oración (muy parecido a su
contemporáneo san Felipe Neri) que Francisco Xavier rogaba al Señor
"basta"---"¡Basta, Señor porque sino moriré de la intensidad!'' ¡Que san Francisco Xavier nos alcance un
fuego intenso en nuestra oración! ¿Y la
penitencia? Con el fin de acompañar al
Señor y ofrecerse como víctima, Francisco Xavier dormía muy poco, todo por la
salvación de las almas.
10. CELO APOSTÓLICO. La oración predilecta de Francisco Xavier fue
«¡DAME ALMAS!» Juan Bosco es otro
Santo cuyo lema era muy parecido y en cuya oficina estaba escrito sobre la
pared: "Dame almas y toma todo lo demás". San Juan de la Cruz afirma: "la caridad
autentica se manifiesta en el celo apostólico". Si en verdad amamos a Dios, debemos amar lo
que Dios ama---la salvación de las almas inmortales. En el Oficio de Lecturas del Breviario de la
fiesta de san Francisco Xavier, leemos la carta escrita a san Ignacio, es un
llamado apasionado pidiendo más obreros para trabajar la cosecha, en particular
reprochando a los soberbios y eruditos en las universidades de Europa
(especialmente de París). Las palabras
de Francisco Xavier estallan con celo apostólico e intenso sufrimiento por la
salvación de las almas inmortales.
Meditemos con atención las palabras de san Francisco Xavier.

"Muchos,
en estos lugares, no son cristianos, simplemente porque no hay quien los haga
cristianos. Muchas veces me vienen ganas
de correr a las universidades de Europa, principalmente la de Paris, y de
ponerme a gritar por doquiera, como quien ha perdido el juicio, para impulsar a
los que poseen más ciencia que caridad, con estas palabras: ''¡Ay, cuántas almas, por vuestra desidia,
quedan excluidas del cielo y se precipitan en el infierno, gracias a
vosotros!'' ¡Ojalá pusieran en este
asunto el mismo interés que ponen en sus estudios! Con ello podrían dar cuenta a Dios de su
ciencia y de los talentos que les han confiado. (Oficio de Lecturas, 3 de diciembre, fiesta de san
Francisco Xavier)
Que en este año de gracia y año de
fe las últimas palabras de san Ignacio de Loyola a san Francisco Xavier
inflamen nuestro corazón para que en nuestro mundo moderno seamos misioneros
---¡ID, INFLAMAD TODAS LAS COSAS!!!