San Alfonso Ligorio
y la Comunión Espiritual
Comunión Espiritual -- Una forma sencilla pero profunda de crecer en amor con Jesús Eucarístico es formar el hábito de hacer Comuniones Espirituales con frecuencia. La Comunión Espiritual se puede hacer las veces que uno desee, en cualquier lugar, con las palabras que broten del corazón. El Papa Benedicto XVI en su Exhortación Apostólica sobre la Misa y la Eucaristía, ''Sacramentum Caritatis'', hace referencia a san Alfonso María Ligorio, el gran Doctor de la Iglesia. Este santo tenía un profundo amor por la Eucaristía; y una de las maneras que él crecía en su devoción por la Eucaristía era por medio de la práctica de la Comunión espiritual. La siguiente oración es la forma común de hacer una Comunión espiritual: ''Señor mío, no te puedo recibir en este momento sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.'' Acabe su oración diciendo: ''¡Jesús, te amo, te adoro, te alabo!!'' Esta práctica, corta pero eficaz, mantendrá vivo el fuego de amor por Jesús Eucaristía.
La Santa Misa y la Santa Comunión -- Por supuesto, comulgar con frecuencia, con fervor y con fe, es por amplio margen, la mejor manera de crecer en amor por Jesús Sacramentado. ¡He aquí una sugerencia! Evite comulgar de forma rutinaria, mecánica y superficial. A nivel meramente humano, a nadie le gusta no ser apreciado o valorado. Jesús tiene sentimientos, tiene un corazón muy sensible y no quiere ser ignorado. ¿Cómo se puede evitar esto? ¡Prepárese! ¡Prepárese! ¡Prepárese! En la teología sacramental se enseña el concepto de "disposición a la gracia". Dicho simplemente, recibimos gracias en proporción directa a la disposición de nuestro corazón, ya sea gracias abundantes o pocas gracias. Por consiguiente, entre mejor sea la disposición del corazón, mayor serán las bendiciones que se reciben. El corazón debe estar lleno de fe, humildad, amor, confianza, hambre y sed de Jesús, y no lleno de distracciones, sequedad, sensualidad, orgullo y mala disposición. La culpa no está en el Sacramento de la Eucaristía, sino en la disposición inadecuada o deficiente del corazón de la persona; ¡Porque la Eucaristía es siempre Jesús mismo! El venerable arzobispo Fulton Sheen lo expresa con esta imagen poética. El sol cae sobre el barro y cera. ¡El barro se endurece y la cera se derrite! ¿Cómo está nuestro corazón al recibir la Sagrada Eucaristía, es barro o es cera??? ¿Se resiste o es receptive?
La Preparación. ¡Ofrézcase a si mismo y todo lo que tiene! -- Cuando el sacerdote en una parroquia celebra Misa, por lo generalmente hay una intención, a petición que algún feligrés ha solicitado con semanas o meses de anticipación. Pero igual, el sacerdote y los fieles pueden ofrecer sus propias intenciones. Si se hace esto, la Misa tendrá mucho más fuerza en su vida, ¡la vida de su familia y el mundo entero! Siempre tenga tres intenciones especiales:
Las ánimas del purgatorio -- Puede ser que usted, al recibir la Sagrada Comunión, libere a las ánimas cautivas del dolor del purgatorio. San Francisco de Sales dice, que una de las mayores obras de caridad que podemos hacer, es rezar por las animas del purgatorio, que dependen totalmente de la misericordia de Dios y nuestras generosas oraciones, especialmente la más grande oración: ¡la Santa Misa!
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