Dice san Pedro de
Alcántara: “Por medio de la oración
mental, el alma se purifica de sus pecados, se alimenta en la caridad, se
confirma en la fe y se fortalece en la esperanza; la mente se expande, los
afectos se intensifican, el corazón se purifica, la verdad se revela; la
tentación se vence, la tristeza se disipa, las facultades se renuevan, las
fuerzas caídas se vitalizan; la tibieza cesa, el escombro de los vicios
desaparece. De la oración mental brota,
como vivo resplandor, el anhelo del cielo, que el alma percibe cuando llena del
fuego del amor divino. Sublime es la
excelencia de la oración mental; grandes son sus privilegios; en la oración mental
se manifiestan los secretos divinos y el oído de Dios está atento.”
Leamos, reflexionemos y meditemos estas palabras poderosamente convincentes de SAN
PEDRO DE ALCÁNTARA, para así crecer en ''el Arte de todos los artes'' (según
san Alfonso M. Ligorio) ¡el arte de la oración! San Pedro de Alcántara fue quien dirigió a santa
Teresa de Ávila y fue pieza clave en la reforma del Orden Carmelita.
1. EL ESPÍRITU SANTO. Pida al Espíritu Santo, sin cesar, con fe y
con fervor, el don de la oración. El
Espíritu Santo es el "Maestro Interior" y nos puede enseñar a orar
y alentarnos en la oración. San Pablo en su
carta a los Romanos hace hincapié de la importancia del Espíritu Santo en la
oración: "No sabemos orar como
conviene, pero el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos inefables
para que podamos decir Abba, Padre" (Romanos 8:26).
2. TIEMPO Y ESFUERZO. Haga hoy el propósito, que cada día rezará un
poco más y un poco mejor. A Dios no se
le gana en generosidad. En los Ejercicios
Espirituales, anotación número 5, san Ignacio nos desafía a la MAGNANIMIDAD ---
que sencillamente significa, a que seamos generosos con Dios. ¿Por qué no levantarse 10 minutos más
temprano para dar al Señor diez minutos más en la oración?
3. PUREZA DE
CORAZÓN. El pecado es un obstáculo a la
oración; por analogía, el pecado es el fango que empaña el cristal de nuestra
alma, e impide que los rayos divinos la penetren. LA CONFESIÓN - Al hacer una buena confesión, el cristal
interior de nuestra alma se limpia, de tal forma que podemos con mayor claridad
contemplar el rostro de Dios y así podamos vivir la bienaventuranza: "Bienaventurados los limpios de corazón
porque verán a Dios" (Mt 5:8).
4. LA LECTURA
ESPIRITUAL SOBRE LA ORACIÓN. Santa
Teresa de Ávila, Doctora de la Iglesia sobre la oración, no permitía entrar al convento de la orden
Carmelita, a toda mujer que no supiera leer.
¿Por qué? Porque por experiencia
propia, sabía lo mucho que se podía aprender, de leer buenos libros que tratan
de la oración. Han pasado
cerca de quinientos años, y ahora tenemos un
depósito infinito de buena lectura sobre la oración.

5. DIRECCIÓN ESPIRITUAL. El gran Doctor místico de la Iglesia, san
Juan de la Cruz, en tono de broma dijo, "Quien a sí mismo toma por
director espiritual, se hace discípulo de un tonto". En otras palabras, todos tenemos puntos
ciegos y necesitamos de un experto que nos lo señale. Alumnos todos somos; por tal, necesitamos de
alguien capacitado en la vida espiritual, que nos ayude a superar los muchos
obstáculos en la vida de oración, para así poder perseverar en nuestra
búsqueda de santidad y ¡ascender en el
camino de santidad! Puede ser de valor incalculable hablar con un director
espiritual ocasionalmente sobre nuestra vida deoración.

6. LUCHA/COMBATE
ESPIRITUAL. Sería ingenuo suponer que
la oración siempre será fácil. Como en
cualquier arte o talento que queremos desarrollar, aprender o perfeccionar, se
requiere mucho tiempo, esfuerzo y trabajo.
Los atletas lo expresan así, "¡Sin dolor, no hay
ganancia!" El Catecismo de la
Iglesia Católica presenta como ejemplo de lo que es la oración, la lucha y el
combate de Jacob. Una noche, Jacob
recibe la visita de un ángel, y toda la noche los dos forcejearon. Jacob no soltó al ángel hasta que no recibió
de él una bendición. El ángel lo
bendice, pero en el forcejeo, Jacob sufre daño al nervio ciático y empieza a
renguear. La Iglesia interpreta esto,
como modelo de la lucha de una persona que ora.
Nuestra vida de oración a veces es una lucha. En una ocasión un sacerdote ya grande me
dijo, que la oración a veces es como ¡empujar una carretilla llena de cemento en
una colina empinada!

7. PERSEVERANCIA. Santa Teresa
de Ávila nos da una excelente sugerencia sobre la oración: ¡Bajo ninguna
circunstancia, dejemos la oración! Para
aquellos que toman en serio su vida espiritual, las palabras de la santa
resuenan poderosamente. Esta Doctora de
la Iglesia afirma: "Tengamos una
determinada determinación de nunca dejar la oración". San Alfonso Liguori llegó a decir: "Quien reza bien, se salvará; quien no reza
se condenará". San Agustín con
su elocuencia poética dice: "Quien ora bien, vive bien; quien vive bien,
muere bien; quien muere bien, todo está bien". ¡Excelente consejo! Pongamos atención y sigamos las enseñanzas de
los santos; quienes fueron maestros de oración, y ahora contemplan a Jesús cara
a cara en la visión beatífica.

8. TEXTOS DE ORACIÓN. Santa Teresa de Ávila nos
enseña, que para principiantes como para quienes tienen más experiencia, los libros son indispensables para prender el fuego de la oración. Por supuesto, el libro por excelencia es la
Biblia, que es la Palabra de Dios. Y en
la Biblia los Evangelios ocupan el primer lugar --- ¡Mateo, Marcos, Lucas y
Juan! De gran importancia están también
los 150 Salmos del Antiguo Testamento.
En esta obra maestra inspirada por el Espíritu Santo, tenemos los sentimientos
principales que deberían estar presentes en una vida de oración madura,
completa y bien formada. Pueden ser
sentimientos de: alabanza, acción de gracias, súplica, petición, contrición,
asombro, temores y preocupaciones, esperanzas y anhelos, y sobre todo
amor. Todos estos sentimientos están
presente en los Salmos y ¡los podemos hacer nuestros en nuestra oración!

9. SANTA MISA.
Nunca, nunca olvidemos que de toda oración que existe bajo el cielo, el
Santo Sacrificio de la Misa es la oración que une el cielo y la tierra, el
pasado, el presente y el futuro. Si es
posible, deberíamos asistir diariamente a Misa y comulgar. Si ya asiste
diariamente a Misa y comulga, entonces luche por tener mejor
disposición interior y por recibir mejor a Jesús Sacramentado. El gesto más grande que un ser humano puede
hacer en este mundo es recibir a Jesús con la debida disposición en la Sagrada
Comunión. Santa Faustina escribe, que los
ángeles experimentan una santa envidia de nosotros porque ni uno de ellos puede recibir la Santa Comunión, ¡ni los querubines ni serafines!

10. MARÍA Y LA
ORACIÓN. En nuestra oración, nunca
debemos excluir la presencia de la Santísima Virgen María. El la primera pauta, hablamos de la necesitad
de invocar al Espiritu Santo, la tercera Persona de la Santísima Trinidad. La primera
novena de los Apostoles (Iglesia) concluyó con Pentecostés --- hubo un fuerte viento, fuego
y descendio el Espíritu Santo. La presencia
de María por nueve días y nueve noches, la oración y el ayuno, dieron lugar a
una efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles y fueron transformados en
forma radical (Hechos 2). Vemos que
cuando María se apareció en Fátima y Lourdes, insistió en la oración por la paz
del mundo y por la conversión de los pecadores. ¿Por qué no pedimos a María su intercesión,
para cultivar una vida de oración cada vez más profunda! "Ven Espíritu Santo, ven por medio del
Corazón Inmaculado de María".