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Es Jesús quien perdona por medio del sacerdote
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En el contexto de un retiro Ignaciano, es de gran
beneficio hacer una buena confesión, y para hacer una buena confesión, requiere de
una preparación previa. Entre mejor se prepare uno, mayor serán las gracias que se reciben y ¡mayor la paz en el alma! ¡He aquí diez pequeños consejos para hacer la
mejor confesión de su vida!
1. MEJORA TU CONFESIÓN Y LA RECEPCIÓN DE ESTE
SACRAMENTO. Como Católicos, las dos
cosas más grandes que podemos hacer es acudir a la confesión y recibir la Santa
Comunión. En estos sacramentos tenemos
contacto directo con Jesucristo nuestro Señor y Salvador. Siendo esta la realidad, debemos poner todo
de nuestra parte para mejorar nuestro encuentro con Jesús. Es decir, nunca debemos recibir estos
sacramentos de forma rutinaria y darlo por hecho. También estemos muy
conscientes que recibimos gracias según nuestra disposición, la gracia recibida
va en proporción directa con nuestra disposición. Las Misioneras de la Caridad tienen en sus
sacristías estas palabras: “Celebra esta Misa como si fuese tu primera Misa, tu
última Misa y única Misa."
Apliquemos este mismo principio a nuestras confesiones:
"Confesémonos como si fuese nuestra primera confesión, nuestra última
confesión y nuestra única confesión".
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San Juan Bosco confesando. |
2. ORACIONES PREVIAS. ¡Todo es gracia! Una fuente abundante de gracia es la Comunión de los santos. ¿Por qué no rezar a los santos confesores, pidiendo su intercesión
para poder hacer una buena confesión.
Estos son algunos: el santo cura de Ars (san Juan Maria Vianney), san
Juan Bosco, san Leonardo de Puerto Mauricio, san Leopoldo Mandic, san Padre
Pío, san Francisco Regis, san Alfonso Ligorio, san Antonio Claret y san Ignacio
de Loyola. ''Pida ayuda a sus amigos... (los santos)"
Pida que le ayuden a hacer una buena confesión, y que cada confesión que
haga ¡sea mejor que su confesión previa!
3. PREPÁRESE LA NOCHE ANTERIOR. Tenga a la mano un guía de cómo hacer un buen examen de conciencia. Encuentre un lugar de silencioso, que se preste a la oración, para que pueda examinar su conciencia. Use el crucifijo y una imagen de la Divina
Misericordia para ayudarle a sentir dolor por sus pecados y gran confianza en
la misericordia de Dios. ¡Hágalo por
escrito! Escriba sus pecados para que
cuando llegue al confesionario no se le olviden! También, rece por su confesor y rece al ángel
de la guarda de su confesor antes de entrar en el confesionario.
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Jesús murió por nuestros pecados. |
4. AUTOCONOCIMIENTO.
Uno de los pasos clásicos para hacer una buena confesión es la
contrición y firme propósito de enmienda.
Esto implica rebobinar la película de nuestra vida y ver las distintas y
repetidas veces que caemos en pecado.
Pero igual de importante es ver los acontecimientos previos que nos
conducen al pecado. Tal vez es una
persona, que pone en peligro la vida espiritual. Quién sabe, ¿tal vez es la recurrencia de una
situación en el trabajo o con la familia?
¿Tal vez sea su estado de cansancio físico? Quizás sea, el uso indebido de los medios de
comunicación electrónicos y la falta de prudencia. Al examinar su conciencia, empezará a notar
un patrón que a menudo se desenvuelve y le lleva al camino resbaloso y a
caer. Es por esto, que la observancia
fiel de su EXAMEN DIARIO puede resultar una valiosa herramienta para conocerse mejor y para tener el conocimiento necesario para evitar la ocasión
próxima del pecado.
5. EL USO DE
PASAJES BÍBLICOS EN LA PREPARACIÓN. La
Iglesia altamente recomienda la lectura de la Sagrada Escritura como medio de
preparación para recibir mejor los sacramentos.
Recomiendo dos excelentes pasajes: Lucas 15 y el Salmo 51. Lucas capítulo 15 presenta las parábolas de
la misericordia de Dios, el más grande siendo la parábola del hijo
pródigo. Rece el Salmo 51, y encontrará uno
de los mejores "Actos de Contrición" jamás compuesto. El Salmo 51 fue escrito por el rey David después
de haber cometido adulterio con Betsabé y haber matado a un hombre
inocente. El rezar con la Palabra de
Dios, ¡da más fuerza a nuestra oración!
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El encuentro del Padre con el hijo pródigo -- ¡La
misericordia de Dios! |
6. CONFESIÓN
FRECUENTE. Los santos recomiendan como
medio eficaz para crecer en gracia santificante, que se acuda con frecuencia a
la confesión. Por supuesto, ¡esto
presupone un proceso de preparación adecuada!
7. GRACIA SACRAMENTAL.
Cada Sacramento comunica gracia.
Pero cada sacramento comunica una gracia específica al alma que lo
recibe. Por ejemplo, la gracia
específica que el sacramento de la Eucaristía comunica es ALIMENTACIÓN. La Comunión es el Pan de vida en camino hacia
la vida eterna. La gracia sacramental de
la Confesión es distinta. La gracia que
SANACIÓN. Ahora, Jesús vino para
alimentarnos con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Pero también vino como Médico Divino. En los Evangelios, vemos una y otra vez que
Jesús sana, sana a los sordos, ciegos, sordomudos, leprosos, paralíticos, e
incluso Jesús resucito los muertos. Hoy
en día, en la Iglesia, que es el Cuerpo místico de Cristo, Jesús sigue
sanando. La Confesión y la Unción de los
enfermos son los dos sacramentos de sanación.
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Jesús ama y siempre perdona al pecador. |
8. CUALIDADES
DE UNA BUENA CONFESIÓN. El diario de
santa Faustina señala las cualidades más importantes de una buena
confesión. En el número 113 encontramos:
1) Transparencia y sinceridad completa; 2) Humildad; 3) Obediencia. Si cultivamos estas cualidades, marchamos por
buen camino. Pero recuerde, que debemos
esforzarnos para que cada día y hasta llegar al fin de nuestra vida, por hacer
mejores Comuniones y Confesiones.
9. EVITE EL
DESANIMO. Aunque tropecemos y caigamos
con frecuencia, nunca debemos dejarnos entrar en desaliento. Quizás llevamos cargando algunos malos
hábitos por décadas. Por decirlo así,
muchos tienen una espiritualidad de "micro-ondas", ¡quieren santidad
instantánea! ¡Pero no funciona así! A menudo, el cambio se logra con sudor, dolor
y cansancio. La clave está en seguir
rezando, trabajando y luchando como verdadero soldado de Cristo, y así lograr
librarse de las cadenas del pecado. El Diario nos señala que lo peor que
podemos hacer es no confiar en la misericordia infinita de Dios. San Pablo nos recuerda, "Donde abunda el
pecado, sobreabunda la misericordia de Dios."
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La película ''El Gran Milagro''.
¡Jesús en el
confesionario! |
10. MARÍA Y MISERICORDIA. No olvide siempre invitar a María Santísima
que esté presente al prepararse para la confesión. Pero no sólo eso, invite a María Santísima
que la acompañe en el confesionario para que usted haga la mejor confesión de
tu vida. El beato Papa Juan Pablo II se
refería a los santuarios Marianos, como son Lourdes, Fátima, Guadalupe, como
"clínicas espirituales". ¡Y
que tan cierto es! Filas largas de
penitentes esperan el encuentro con Jesús misericordioso en los confesionarios
de estos santuarios Marianos. Vemos
entre los muchos hermosos títulos de María: "Madre de misericordia, Madre
del buen consejo, salud de los enfermos".
Detrás de muchas fuertes conversiones está por supuesto la gracia de
Dios, pero también ¡la intercesión maternal de María!