LAS COSAS ULTIMAS: MUERTE, JUICIO, CIELO E INFIERNO





ESCATOLOGÍA.   Escatología es la rama de la teología que se ocupa de las verdades últimas: Muerte, juicio, cielo e infierno (también Purgatorio).  Una de las artimañas de más éxito para el diablo, es convencer a los hombres que tienen vida larga por delante, que tienen derecho de disfrutar de la vida, y que pueden postergar su conversión para mañana. (Lea "Cartas del diablo a su sobrino", de C.S. Lewis)

En Mateo 25, encontramos un excelente pasaje bíblico que trata sobre las cuatro últimas cosas: La Parábola del juicio final.  Este pasaje bíblico, que se encuentra justo antes del relato de la Pasión, presenta una Parábola en donde Jesús nos llama a la vigilancia, a que estemos preparados, porque no sabemos ni el día ni la hora cuando el Hijo del hombre vendrá.

 
LA MUERTE, LO MÁS INCIERTO.  Con respecto a la muerte, nadie sabe el día, ni la hora, el minuto, o el segundo, la manera, ni la forma y ni las circunstancias en que morirá.  Dios es el que decide.  ¡Debemos estar preparados!




PUNTOS DE MEDITACIÓN SOBRE MATEO 25: 31-46.

1.  ¡VIGILANCIA!  Estéis siempre listos para vuestra propia muerte, porque vendrá como ladrón en la noche.

2.  JUICIO.  El juez es Jesús.  En el Credo rezamos, “Vendrá a juzgar a vivos y muertos."  El juicio sigue, justo después de la muerte.

3.  ¡SÓLO UNA OPORTUNIDAD!  ¡No hay reencarnación!  ¡Sólo tenemos una oportunidad!  Después de la muerte, Jesús nos juzgará de forma individual — el juicio particular.

4.  ¡LA JUSTICIA!   San Pablo dice, "Al final cada uno cosechará lo que ha sembrado.  El que siembra en la carne, cosechará de la carne corrupción y muerte.  El que siembra en el espíritu, cosechará del espíritu la vida eterna.''  Jesús es misericordioso y justo.  Después de la muerte, pasaremos al tribunal de Dios —¡acaba el tiempo abierto de misericordia!   ¡No rechaces la misericordia de Dios mientras que vives!

5.  SEPARACIÓN.  Se separarán las ovejas de las cabras ---es decir, se separarán a los que se han salvado de los que se han condenado.

6.   ¿SOBRE QUÉ SERMOS JUZGADOS?   En concreto, seremos juzgados sobre el amor.  Jesús dijo que no todo el que diga, "Señor, Señor, entrará el reino de los cielos, mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos".  También afirma Santiago, "La fe sin obras está muerta".  Por último, san Juan de la Cruz, con su elocuencia poeta dice, "En el ocaso de nuestra existencia, seremos juzgados sobre el amor.''

7.  EL AMOR Y OBRAS DE CARIDAD.  La manifestación concreta de nuestro amor es  dando a los necesitados, ya se comida, bebida, ropa, o el acoger o visitar a los enfermos ¿y encarcelados?

 
8. ORACIÓN Y ACCIÓN.   Según santa Teresa de Ávila, la prueba de fuego de una auténtica vida de oración, es el vivir una vida santa practicando las virtudes.  Una vida contemplativa nos debe dirigir a una fructífera vida activa.

9.  JUAN 15 - LA VID Y LOS SARMIENTOS.  Jesús dijo que estamos llamados a producir fruto, y fruto en abundancia.  La rama que no produce fruto será cortada y arrojada al fuego.


 

10. ¡MEDITACIÓN SOBRE LAS CUATRO ÚLTIMAS COSAS!    Medite estos pensamientos.  Mi vida es corta e incierta.  ¡La eternidad no tiene fin, dura para siempre!!!  San Pedro nos recuerda,  "Para Dios un día es mil años y mil años es como un día".  ¡LA  MUERTE!  Me tendré que presentar ante el juicio de Dios, y Jesús será mi juez!   Entonces le presentaré el libro y la película de mi vida, y sólo Jesús y yo la veremos.  Habrán sólo dos posibilidades: ¡ARRIBA, o  ABAJO!   Es decir, me salvaré por toda la eternidad, o me condenaré por toda la eternidad.  Sólo tengo una oportunidad para ganarme el cielo, o perderlo!  El infierno es la separación eterna de Dios y tormento eterno!  El cielo es eterna alegría inefable con Dios, María, los ángeles y los santos.  La meditación de las ÚLTIMAS COSAS --- Muerte, juicio, cielo e infierno — debería ser una poderosa meditación, una meditación que me motive a re-evaluar mi corta vida, para  hacer un inventario de lo que he hecho, lo que estoy haciendo, y lo que pienso hacer a partir de hoy.  San Ignacio nos reta a que meditemos estas palabras: "¿Qué he hecho por Jesús?; ¿Qué estoy haciendo por Jesús? ¿Qué haré por Jesús."  Para poder responder y tener fruto, san Ignacio nos desafía a que nos hagamos estas preguntas en frente de la representación más elocuente del amor---¡Jesús colgado en la Cruz!

 
LECTURA Y ORACIÓN COMPLEMENTARIA QUE AYUDARA A SONDAR LAS PROFUNDIDADES DE ESTAS CUATRO ÚLTIMAS COSAS.

Lea y medite sobre NUESTRA SEÑORA DE FATIMA, sus apariciones, su mensaje, sus palabras que dirigió a los tres pastorcitos, Lucia, Jacinta y Francisco.  El mensaje de Nuestra Señora expone de forma clara las últimas cosas y también el purgatorio!



1.  FATIMA: La visión del infierno (13 de julio de 1917)

 
2.  MUERTE.  Los dos pastorcitos Jacinta y Francisco, morirían  poco tiempo después de las apariciones.  Murieron cuando sólo eran niños. 

3.  INFIERNO.  Nuestra Señora mostró una visión gráfica del infierno a los niños el 13 de julio de 1917.

4.  JUICIO.  Después de la muerte, se presentaron ante el tribunal de Dios.

 
CIELO.  Nuestra Señora prometió llevarlos al cielo, pero Francisco tendría que primero rezar muchos Rosarios.  Tanto Francisco como Jacinta fueron beatificados por el beato Papa Juan Pablo II.  Este gran Papa, presentó a Jacinta como modelo, como ''alma víctima'' - alma quien ofrece su sufrimiento por la salvación de los pecadores.  Este gran Papa, dijo que Francisco era un ''pequeño místico'' - refiriéndose al alma llamada al silencio, la reflexión y la oración. 

 
PURGATORIO.  En una de las apariciones, Lucia le preguntó a Nuestra Señora sobre una amiga de ella que había muerto, su amiga Amelia, a quien habían considerado buena niña.  Nuestra Señora le dijo a Lucia, que su amiga estaría en el purgatorio hasta el fin del mundo!"

 
En conclusión, invoquemos a Nuestra Señora de Fátima y a los niños para que podamos meditar las últimas cosas con gran recogimiento, gran fervor y gran amor.  El fruto de esta meditación será la renuncia y odio al pecado y gran amor por Dios.