¿CONFUSIÓN RESPECTO A LA CONFESIÓN?





El pecado entró al mundo debido al pecado de nuestros primeros padres, Adán y Eva.  Entre los efectos negativos está el oscurecimiento del intelecto y la confusión.

Con la construcción de la torre de Babel, más confusión entró al mundo.  Esta vez, con la confusión de idiomas.  Todos hablaban sin entenderse, dejando en su paso sólo incomprensión.

RELATIVISMO MORAL.  Hoy muchos rechazan la autoridad moral de la Iglesia, el Magisterio y el Papa; abriéndole el paso al relativismo moral y a más confusión.

Esta corta exposición responde a otra crisis: la pérdida del sentido del pecado, la falta de formación de la conciencia y el gran descenso en la recepción del Sacramento de la confesión.  Con qué resonancia suenan las imperecederas palabras del papa Pío XII: "El pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado".   Abordemos, entonces, el tema de la confesión y los argumentos en defensa de tan gran Sacramento.

TÍPICAS PROTESTAS CONTRA EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN.





1. "ES UNA INVENCIÓN DEL HOMBRE, ¿EN QUÉ PARTE DE LA BIBLIA SE ENCUENTRA?"  ¡Incorrecto!  No es una invención del hombre.  Jesús, el Hijo de Dios, el Médico divino  instituyó este gran Sacramento (Jn 20, 21-23).  Jesús sopló sobre sus Apóstoles y les dijo:  "Recibid el Espíritu Santo.  A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quién se los retengáis, les quedan retenidos.''  Jesús en efecto perdona, pero mediante la persona del sacerdote. 

2.  ''SIEMPRE CONFIESO LO MISMO.''  Quizás sea cierto, pero a Dios gracias, no está cometiendo otros pecados.  Para recibir los sacramentos y recibir mayores gracias, es necesario entender un elemento clave de teología Sacramental.  El concepto de ''disposición a la gracia''; se reciben gracias según la disposición de la persona.  Entre mayor sea la disposición del alma a Dios, mayor la gracia recibida.  Quizás sí esté cometiendo los mismos pecados, pero con menos gravedad y menos frecuencia!  ¡Bravo!  Hay mejoría.  Esto es el Principio de Gradualidad-  con la gracia de Dios, gradualmente la gravedad del pecado va en descenso y con menos frecuencia.  Los Italianos tienen un dicho:  ''Roma no fue fatto en un giorno.''  ''Roma no se construyo en un día'', e igual no podemos ser santos ¡de la noche a la mañana!  Esto sería querer una espiritualidad de ''micro-ondas'', querer ser santo en un instante.  ¡Pero no es así de fácil!




3.  ''EL SACERDOTE NO ME ENTENDERÁ.''  El sacerdote actúa en persona de Cristo.  Él ha recibido el sacramento de la Orden Sacerdotal.  Él es médico del alma.  Escribe santa Faustina en su diario, que en una ocasión, después de haber ido a confesarse, salió del confesionario en un estado de confusión.  Jesús le reveló, que no había rezado por el sacerdote antes de entrar al confesionario.  Acostumbre rezar por él antes de entrar al confesionario, podría incluso rezar a su ángel de la guarda.  ¡Todo marchará más suavemente!

4.  ''SE ME OLVIDAN MIS PECADOS; LA MENTE SE ME PONE EN BLANCO.''  Usted no es ni la primera ni la última persona a quién esto le pasa.  Le ofrezco este consejo.  Anote sus pecados en una hoja de papel como ayudamemoría.  ¡Si lo hace, no habrá forma de olvidar!

5.  ''SE ME TRABA LA LENGUA Y ME QUEDO MUDO.''  Rece al Espíritu Santo.  El día de Pentecostés, el Espíritu Santo dio a los Apóstoles el don de la palabra - en particular a Pedro, quién había negado a Jesús tres veces.  El Espíritu Santo nos da la gracia de honestidad, sinceridad y nos da luces para poder expresar nuestros más íntimos pensamientos y por supuesto, nuestros pecados. 

6.  ''VERGÜENZA''  Cuando se comente un pecado no da vergüenza.  Es interesante lo que el diablo hace por obstaculizar nuestra salvación e impedir que recibamos la gracia de Dios.  Cuando pecamos, el diablo nos quita toda vergüenza.  Sin embargo, cuando se trata de confesar nuestros pecados, el diablo nos llena de una vergüenza que nos paraliza.  ¡Pidale al Señor fuerza interior!



7.  ''El SACERDOTE LO DIVULGARÁ!''  ¡No es cierto!  Al contrario, el sacerdote está obligado a mantener secreto sin excepción, lo que se llama "sigilo sacramental".  Todo lo que el penitente confiesa queda "sellado" por el sacramento.  Concretamente, esto significa que el sacerdote nunca puede revelar pecados confesados, aún cuando le cueste su propia vida.  En la historia de la Iglesia han habido sacerdotes quienes han muerto mártires por defender el sello de la confesión.  Entre los más reconocidos está SAN JUAN NEPOMUCENE.

8.  "¡MAÑANA!"  Entre las grandes victorias del diablo está convencernos que tenemos larga vida por delante y que podemos dejar la confesión para mañana.  PREGUNTA:  Si su casa se estuviese quemando ¿se quedaría usted sin hacer nada?  Si su hijo sin querer se envenena, ¿se quedaría usted de manos cruzadas?  Si pisase un clavo oxidado, ¿lo dejaría usted así hasta mañana?  ¡Claro que no!  Estas situaciones requieren de atención inmediata, porque de lo contrario habrá graves o fatales consecuencias. De la misma manera, si cometemos algun pecado mortal, debemos reconciliarnos con Dios cuanto antes.  El beato Papa Juan Pablo II llama al pecado mortal "suicidio moral".  No debemos jugar a la ruleta rusa con la salvación de nuestra alma.  Sólo vivimos una vez y tenemos una sola alma que salvar.  Nuestro objetivo principal es ¡la salvación de nuestra alma!

9.  "¡NO ME SE LOS MANDAMIENTOS!"  El éxito de una buena confesión depende de la preparación previa.  Hasta se podría decir, que el noventa y nueve por ciento de una buena confesión se logra con la preparación que se hace antes de entrar al confesionario.  Consiga un manual de examen de conciencia que de una explicación clara de los diez mandamientos.  Vea el Manual de examen de consciencia que publiqué.

10.  "SIEMPRE SE ME OLVIDAN LOS PASOS PARA HACER UNA BUENA CONFESIÓN.''  Bueno, trate de memorizarlos.  Los pasos son sencillos:               



    1.  Examen de Conciencia.
    2.  Pena por nuestros pecados.
    3.  Firme propósito de enmienda.
    4.  Confesión de los pecados al sacerdote.
    5.  Cumplir la penitencia.

Hemos dado las objeciones más comunes a la confesión.  Ahora como punto de motivación, se enumeraran los frutos que se reciben de hacer una buena confesión.  Estos frutos están disponibles para su libre tomar.

1.  AMISTAD CON JESÚS.  El pecado mortal rompe la amistad con Jesus, pero después de una confesion sacramental, la amistad se restaura!

2.  AUMENTA LA GRACIA SANTIFICANTE.  Cada vez que hacemos una buena confesión, ¡crecemos en gracia santificante!

3.  HUMILDAD.  Requiere humildad para ir a confesarse.  Jesús ama un corazón humilde. 

4.  ESCUDO CONTRA EL DEMONIO.  El diablo está constantemente atacándonos con dardos de fuego.  La confesión sirve como un escudo de protección contra las asechanzas del diablo.

5.  MEDICINA PREVENTIVA.  Aun cuando el penitente confiesa pecados veniales, la confesión sirve como medicina espiritual preventiave a futuras enfermedades morales.  Porque en verdad el pecado es enfermedad del alma.

6.   GRACIA QUE SANA.  En la Sagrada Comunión la gracia sacramental recibida es alimentación espiritual.  En el Sacramento de la confesión, la gracia recibida es sanación del alma enferma.  ¡Jesús vino a sanar a los que sufren de lepra del cuerpo y alma!


7.  COMUNIONES FERVIENTES.  San Ignacio dice que hay una estrecha relación entre el Sacramento de la confesión y la Santa Comunión.  La confesión purifica el alma y la dispone para recibir a Jesús con mayor pureza y amor. 

8.  PAZ EN EL ALMA.  El pecado roba la paz interior.  Una confesión bien hecha restaura la paz en el alma.   De esta forma seremos un "shalom" andando -  ¡la paz sea con vosotros!

9.  AUTO CONOCIMIENTO.  Cuando somos honestos con nuestro confesor, ponemos atencion y buscamos consejo, crecemos en auto conocimiento.  En la vida espiritual, ¡es indispensable conocernos a nosotros mismos para crecer en santidad!



10.  CIELO.  La confesión frecuente nos libra del pecado, nos libra de vicios y forma en nosotros de forma permanente, una actitud de humildad, contrición y arrepentimiento.   Esta disposición del alma agrada a Dios, y Él estará listo para acogernos en el cielo como al hijo prodigo.