¿Qué sentido tiene el sufrimiento?







La muerte de cuna de un recién nacido, una familia muere trágicamente en una autopista a causa de un conductor tomado, una pareja de recién casados fallece en un accidente de avión --- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

¿Por qué sufren personas inocentes?  ¿Tiene sentido?  En estas tragedias, ¿en dónde está Dios?  ¿Dónde está?

Tarde o temprano la desgracia visita a todos.  ¡Ésta es la condición humana!

No hay respuesta fácil o capaz de descifrar el misterio del sufrimiento humano.  Un "misterio", es precisamente eso, es algo oculto e incompresible.  Y así es, el misterio de nuestro Dios.

El Cristianismo no elimina el sufrimiento humano, pero ofrece la mejor explicación  del sufrimiento.  Todo sufrimiento, ya sea moral, espiritual, psicológico, físico, emocional, social o económico, provienen de la realidad del Pecado Original.  El sufrimiento entró al mundo por el pecado de nuestros primeros padres, Adán y Eva.  Sin embargo, Dios siempre puede sacar de él un bien mayor.  De hecho, Dios así lo hizo, enviando a su Hijo Jesucristo para salvarnos.  ¡Jesús nos enseña el verdadero significado del sufrimiento!

La Palabra de Dios dice, ''Jesús pasó haciendo el bien.''  Lea los Evangelios.  Jesús sanó a los enfermos, curó a los leprosos, dio la vista a los ciegos, oído a los sordos, habla a los mudos y sanó a los paralíticos.  Y no sólo eso, en tres ocasiones, resucitó a tres muertos.


El tierno Corazón de Jesús se compadeció de todo sufrimiento.  Tomó a los niños entre sus brazos y los bendijo.  ¡Jesús es Bondad!  Toda su vida fue dar de sí mismo — incluso hasta derramar toda su Sangre Preciosa.

¿Cómo terminó la vida de Jesús?  Cuando la vida no parece tener sentido, cuando el sufrimiento llega a su puerta, cuando la desgracia le encuentre desprevenido, la única respuesta, la única Verdad es Jesús, el Hijo de Dios vivo.




LA CRUZ.  Todos tenemos nuestra cruz que cargar, la cruz que Dios desde toda la eternidad nos ha preparado.  Nadie puede escapar de ésta realidad. 



CRUZ ANTE NUESTROS OJOS.   Todos deben tener un crucifijo o una cruz para contemplar.  Se encuentran en el arte clásico, una gran variedad de crucifijos.  Adquiera uno que le hable al corazón y colóquelo en la pared de su habitación. Preferible conseguir un crucifijo con el "corpus", el cuerpo, la efigie de Cristo crucificado.




ARTE.  Quizás prefiera una representación artística de Jesús en la cruz.  Las representaciones varían.  Podría ser Jesús mirando tiernamente a su Madre o a san Juan, su discípulo amado.  O, Jesús alzando la mirada, viendo con misericordia al ladrón arrepentido, abriéndole las puertas del cielo en esos últimos momentos.

O quizás podría ser Jesús, dando su último suspiro antes de entregar su Espíritu al Padre celestial.  Otra representación podría ser, Jesús quien ya expiró, su cuerpo descansando en el sueño de la muerte, después de haber dado todo -- el que es inocente sufriendo por los culpables.

CONTEMPLE A JESÚS EN LA CRUZ.  Cuando usted esté pasando por momentos de oscuridad y de dolor, contemple a Jesús en la cruz.  El valor de esta contemplación es incalculable.  Antes de retirarse cada noche, pase unos momentos contemplando a Jesús en la cruz.  Bese sus llagas.  Dígale que lo ama, agradézcale por haber sufrido por usted.  ¡Haga esto fielmente todos los días!



Sucedió una vez, que la madre de san Juan Bosco tuvo un día sumamente pesado en el oratorio.  Los jóvenes del oratorio estaban volviéndola loca.  Ya no podía más.  Empacó su maleta para regresar a casa, hogar dulce hogar.  Pero antes de irse, quiso despedirse de su hijo, el P. Juan Bosco.  Él a su vez, movido por el Espíritu Santo, la tomo del brazo, y sin decir una palabra, con el dedo le dirigió la mirada al crucifijo.  Mamá Margarita, contemplo fijamente a Jesús en agonía, colgando de la cruz.  Mamá Margarita regresó a su habitación, sacó sus pertenencias de la maleta, y permaneció con su hijo, ayudándole a hacer la voluntad de Dios entre muchachos juguetones y muchas veces rebeles.  Así pasó sus días hasta que Dios la llamó.  ¿Qué fue lo que le hizo cambiar de parecer a Margarita Bosco?  Fue contemplar la mirada de Cristo en la cruz.

En conclusión, el sufrimiento en si no tiene valor positivo.  Pero a la vez, tiene un valor salvífico incalculable si lo vemos a la luz de la cruz, lo unimos a la cruz, con Él quien cuelga de la cruz.



En verdad, son muchos los misterios que la vida nos presenta, entre ellos, el sufrimiento humano.  Cuán grande es el desperdicio de sufrimiento, tanto de parte de jóvenes y de los no tan jóvenes, dejando en su camino sólo seres tristemente amagados.  Pero esto sucede, por la sencilla razón de que no se entiende la cruz, porque no unimos nuestra cruz a la cruz de Nuestro Señor crucificado.  San Francisco de Asís, llevó en su cuerpo las estigmas de la crucifixión de Cristo.  Concluyamos con una oración a san Francisco de Asís, quien supo, más que nadie, lo que significa la cruz.  ''Te adoramos Cristo y te glorificamos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.''