DEVOCIONES MARIANAS -- ¡FORMAS DE AGRADAR A LA MADRE DE DIOS!



                           
María es el camino más rápido, más seguro, más fácil y más eficaz que conduce a Jesús, dice san Luis de Montfort.  Es el camino más directo a la santidad y al cielo.  Para cultivar una creciente relación con nuestra Madre Santísima, debemos procurar tanto la devoción como la doctrina.  Debemos conocer los dogmas Marianos y cultivar una tierna y amorosa devoción a Maria.

La doctrina sin devoción conduce a la aridez, mientras que devoción sin una base doctrinal fácilmente se degenera en sentimentalismo.  Para crecer en nuestro amor por María, necesitamos ambos:  doctrina y devoción.

Se presentarán diez devociones para encender el fuego del amor a María.  María siempre nos conducirá al Sagrado Corazón de Jesús.

La auténtica devoción mariana nunca obstaculizará el camino a Jesús, mas bien, María es el camino más rápido y directo para llegar al Corazón de Jesús.  En las bodas de Cana encontramos las últimas palabras de María:  ''Haced lo que Él os diga''.  ¡No hay mejor consejo!  Si tan solo el mundo lo siguiera, ¡reinaría la paz y el cielo sería nuestro!

DIEZ DEVOCIONES MARIANAS

1.  CONSAGRACIÓN A MARÍA.  Lo primero que deberíamos hacer en la mañana al despertar es nuestra oración de consagración total a Jesús por medio de María.  El santo cura de Ars dijo: ''Quien empieza bien su día, lo acaba bien''.  Empecemos nuestro día con el pie derecho, ofreciéndonos totalmente a Dios por medio del Inmaculado Corazón de María. 

2.  ESCAPULARIO.  Llevemos puesto el escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo.  El escapulario color marrón, es un sacramental aprobado y es la devoción más recomendada.  Se debe llevar puesto sobre los hombros con gran amor.  Es ''vestido de María'', señal externa de nuestra pertenencia a María y a la familia de María, es señal de nuestro anhelo de vivir siempre en su Inmaculado Corazón.  Incontables son los milagros atribuidos a la protección y amor de Nuestra Señora por llevar puesto su escapulario.  Lea Vestido de Gracia, el pequeño libro que relata historias de los milagros concedidos por Dios por su intercesión.  Es tanta la aprobación, que la Iglesia otorga una indulgencia parcial cuando se besa con amor el escapulario, la cual se puede aplicar a las almas de purgatorio o a nosotros mismos. 


3.  EL ANGELUS.  Forme el buen hábito de rezar el Angelus.  Esta oración tan agradable a María, es un pequeño resumen de los dos grandes y principales misterios de la fe católica:  la Encarnación del Hijo de Dios y el misterio Pascual - la pasión, muerte y resurrección de Jesús.  El Santo Padre por años ha rezado el Angelus el domingo a medio día en la plaza de san Pedro.  Por qué no empezar el buen hábito de rezar el Angelus tres veces al día, a las 9 de la mañana para santificar la mañana, a medio día para santificar la tarde y a las 6 de la tarde para santificar la noche.  ¡Todo a Jesús por medio de María!

4.  EL AVE MARÍA DE ORO.  Sucedió una vez que santa Gertrudis tuvo una visión de Jesús en donde Él colocaba una moneda de oro encima de otras monedas de oro.  La santa le preguntó cuál era el significado de esta visión.  Jesús le replicó, que cada vez que ella rezaba un Ave María con gran amor, Él le guardaba una moneda de oro en el cielo para toda la eternidad.  Por qué no luchar por ser archimillonarios en lo espiritual y rezar muchas Ave María.  San Ignacio enseña que debemos tomar una oración que conocemos bien y resarla lentamente y ¡saborear cada palabra!



5.  CONSAGRACIÓN A MARÍA:  Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María, 33 días hacia un glorioso amanecer, Consagración a la Inmaculado de san Maximiliano Kolbe.  Hay distintas formas de hacer una donación total de nosotros mismos, una consagración a María.  San Luis de Montfort nos ofrece el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María.  Esta preparación toma un poco más de un mes y va por partes:  Primer parte - Adquirir conocimiento de nosotros mismos,  Segunda parte - conocimiento del mundo y sus engaños y vaciarnos del mundo, Tercera parte - Conocimiento de Jesús y María que culmina con la consagración total a Jesús por medio de María.  El beato Papa Juan Pablo II amó y vivió esta consagración.  Su emblema papal fue ''Totus tuus ego sum'' - Soy todo tuyo Jesús por medio de María.  Si de hecho ya ha hecho su consagración, renuévela.  Nuestra devoción a María es vasta como el mar, porque la grandeza de nuestro amor por Jesús y María no tiene fronteras. 

6.  ACORDAOS.  Otra hermosa oración agradable al Inmaculado Corazón de María es el Acordaos.  A san Francisco de Sales fue asaltado por horrendas e insistentes tentaciones, casi hasta el punto de llevarlo a la desesperación, cuando por último se arrodilló ante la imagen de Nuestra Señora de la Victoria y rezó el Acordaos con gran fe y devoción y las tentaciones desaparecieron.  El emblema sobre el logos de los Oblatos de María son las palabras en latín: ''Maria cogita, Maria invoca.''  - Piense en María, invoque a María.  ''Jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia haya sido desamparado.''


7.  MEDALLA MILAGROSA.  La Medalla Milagrosa también es conocida como la Medalla de la Inmaculada Concepción.   Se le llama Medalla Milagrosa debido a los numerosos milagros concedidos a quienes han llevado puesto con amor, confianza y devoción, este sacramental Mariano.  San Maximiliano Kolbe amaba esta devoción con un amor especial, tanto que  cargaba en su bolsillo medallas para repartirlas.  Él decía que la Medallas eran las ''¡balas'' de María!

8.  LA SANTA COMUNIÓN Y MARÍA.  El beato Papa Juan Pablo II recomendaba que para recibir una lluvia de gracias al comulgar, que recibamos la Santa Comunión por medio del Corazón de María.  Él hizo esta analogía, el ''sí'' de María en el momento de la Anunciación resultó en la Encarnación del Hijo de Dios.  María recibió a Jesús en su corazón.  De forma paralela, esto mismo sucede cuando decimos AMÉN y recibimos la Santa Comunión, es una Encarnación Eucarística en nuestra alma. 


9.  EL SANTO ROSARIO.  En las seis apariciones consecutivas de Nuestra Señora en Fátima en 1917, María pidió que se rezara el Rosario.  Si la Madre de Dios insistentemente pidió que se rezara el Rosario, ¡ha de ser importante!  El Santo Padre, Juan Pablo II en su documento mariano, La Santísima Virgen María y el Rosario, también exhorta al mundo a que se rece el Rosario por dos intenciones:  por la paz del mundo y por la salvación de la familia.  Recordemos las palabras inmortales del P. Patrick Peyton, quien fue conocido como el sacerdote del Rosario:  ''La familia que reza unida, permanece unida'', ''Un mundo en oración es un mundo en paz''.  Hoy más que nunca, la familia está necesitada de oración y claro el mundo también.

10.  IMITEMOS A MARÍA.  Si verdaderamente amamos a Jesús y María, este amor nos debe llevar a seguirlos e imitarlos.  San Luis de Montfort en su obra clásica, Tratado de la Verdadera Devoción a María, nos enumera diez de las virtudes de María: su profunda humildad, su viva fe, su obediencia ciega, su oración continua, su mortificación universal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina. (Tratado de Verdadera Devoción, S. Luis de Montfort, #108)

CONCLUSIÓN.  María Santísima es el camino más corto, más rápido y más directo al Corazón de Jesús.  Fue por medio de María Santísima que Jesús vino al mundo.  Y al pie de la cruz, Jesús nos dejó a su Madre como nuestra Madre.  Por qué no adherimos a María como nuestra verdadera Madre amorosa que es.  Si nos adherimos a Ella, ¡experimentaremos la verdadera vida, dulzura y esperanza!