1. LA ORACIÓN. Rece esta pequeña oración con gran fervor: ¡JESÚS TE AMO! San Juan de la cruz dice que una obra de amor perfecto a Dios vale más que todas las obras apostólicas del mundo entero. Un corazón que abunda de amor es de gran complacencia a Dios.
2. DE UN CUMPLIDO. Dé un cumplido a alguien, si es posible déselo a alguien de su familia. Podría ser una palabra amable que le saque del pozo de desolación hacia el esplendor de los rayos de Dios. Aplique la regla de oro: ''Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti.''
3. LA SANTA COMUNIÓN. La acción más grande que podemos hacer en toda la vida es recibir a Jesús en la Santa Eucaristía con un corazón que arde de amor! Jesús dijo: ''He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo.'' Los discípulos en el camino de Emaús después del encuentro con el forastero, después de hablar con Él y después de que Él partió el pan dijeron ''¡Acaso no ardían nuestros corazones mientras nos hablaba!''
4. ¡SONRÍA! Una sonrisa es contagiosa y no cuesta nada. Para que una cara apagada no contagie, debe lucir una sonrisa ganadora. ¡Empiece hoy! Porque un rostro con una sonrisa cálida y amable es reflejo del verdadero seguidor de Cristo.
5. ¡OFREZCA TODO A DIOS! ¿Sufre usted de algún dolor o sufrimiento? No lo desperdicie, ofrézcaselo a Dios. De esta forma su sufrimiento le hará una persona mejor y le convertirá en un discípulo más santo de Nuestro Señor Jesús quien ofreció su vida en la cruz por nosotros es primer Viernes, que llamamos Viernes Santo.
6. DEMOS GRACIAS. No deje pasar un día sin dar gracias a Dios. Cultivemos una ''actitud de gratitud'' y digamos con el salmista: ''Demos gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.'' Jesús es nuestro modelo por excelencia - Él tomó el pan y dio GRACIAS. La palabra ''Eucaristía'' significa ''acción de gracias''. Dios ama un corazón gozoso y agradecido. Hagamos de nuestro corazón, un corazón agradecido.
7. VEN ESPÍRITU SANTO, VEN Y RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA. Hágalo en este momento, diga - Ven Espíritu Santo tomo plena posesión de mí, mi cuerpo, mi memoria, mi entendimiento, mi voluntad, mis acciones y mis intenciones. El Espíritu Santo es el Santificador, el Maestro Interior, el Dulce Huésped del alma. Tal como el espíritu vino sobre David en el momento de ser ungido por Samuel, el mismo espíritu descenderá sobre nosotros.
8. DEMOS DE NOSOTROS MISMOS. Estemos siempre alerta, prestos para atender a algún necesitado. Demos libremente, con amabilidad, sin reservas y con constancia. La beata Madre Teresa de Calcuta nos dice: ''Demos hasta que nos duela.'' San Pablo igual dice: ''Hay más gozo en dar que en recibir.'' Y por supuesto, Jesús, nuestro modelo por excelencia, derramó cada gota de su Sangre Preciosa por nuestra salvación eterna!
9. DESPUÉS DE UNA CAIDA, VUÉLVASE A LEVANTAR. Muchas veces a pesar de nuestra buena voluntad y nobles esfuerzos, caemos. La Sagrada Escritura nos dice, ''El hombre justo siete veces cae.'' El fundador de los Oblatos de la Virgen María, el venerable P. Pio Bruno Lanteri recordaba siempre a sus hijos espirituales, y nos dice a nosotros hoy, ''Nunc coepi'', que en latín significa ''¡Ahora comienzo!'' Aun si caemos decenas de veces al día, en cuanto nos arrepintamos y volvamos nuestro corazón al Señor, el Señor es lento a la ira y rico en misericordia. El Señor siempre está presto para perdonarnos. Si cae, ¡levántese!

10. MARÍA. ''Maria cogita, Maria invoca.'' Estas palabras en latín significan: ''Piensa en María, invoca a María!'' En la hermosa oración mariana el Acordaos (oración de san Bernardo) rezamos: ''Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que, han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti.''