El deber principal de los padres de familia hacia sus hijos es encaminarlos hacia el cielo para salvar sus almas. Jesús así lo expresó diciendo: ¿de qué le sirve al
hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?
Pues, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Este pasaje bíblico fue decisivo en la
conversión del más grande misionero, san Francisco Xavier.
Esta meditación presentará cinco formas concretas para ayudar a los padres de familia para que desempeñen su tarea de encaminar a sus hijos hacia cielo. Porque la
obligación principal de todo padre de familia es conducir a cada miembro de la familia al cielo para
estar con Dios, la Santísima Virgen María, los ángeles y los santos por toda la
eternidad.
1. EL BAUTISMO.
Bauticen a sus hijos lo antes posible.
Cuando ustedes mamá y papá estén esperando a su hijo, prepárense para bautizar a su hijo en
cuanto nazca. Vayan a las pláticas pre–bautismales,
llenen los papeles y escojan a los padrinos.
Y todo esto lo pueden hacer antes de que nazca su hijo. Recuerden las palabras de Jesús respecto a los
niños:
«Dejad que los niños
vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino
de los Cielos.»
2. ¡LA ORACIÓN
A TEMPRANA EDAD! Un niño es como una esponja. La esponja absorbe líquido, ya sea limpio o sucio. Todo depende sobre qué liquido la
coloquemos. Esta misma esponja se
exprime. Ahora, un niño de tres años que
ve televisión, puede repetir todo lo que escucha, ya sea tonterías, cosas sin
sentido, canciones o el guión de la película.
Siendo esta la realidad, por qué no les enseñar e infundir en sus corazones, sus mentes
y sus labios oraciones a la Santísima Trinidad, a María o a su ángel de la
guarda. Padres, no permitan que sus
hijos absorban porquerías, mas bien llénenlos de la hermosura de la oración.
3. OFREZCAN
TODO A DIOS. Padres, enseñen a sus hijos
esta frase tan importante: ‟Ofrécelo a Dios.”
En si, es enseñarles a no desperdiciar sus sufrimientos y las luchas de
cada día. Porque tanto adultos como niños sufren. Por qué al no ofrecer nuestro sufrimiento a
Dios, porque de lo contrario, lo estamos desperdiciando.
Enseñemos entonces a los niños desde pequeños, a ofrecer su dolor
de cabeza, sus malestares, si pasan frio o calor, una
caida, un golpe o una cortada a Dios. Porque así todo tendrá un
valor infinito. Mamá y papá, ustedes
son los principales educadores de sus hijos, ¡especialmente en la fé! ¡Sean fieles a su vocación matrimonial!
4. ÁMENSE LOS
UNOS A LOS OTROS COMO YO LOS HE AMADO!
El último y más grande mandamiento que nos dio Nuestro Señor y
Salvador Jesucristo nos dio fue el mandamiento
de amor – que amaramos como Él nos amó.
A aquellos a quién Dios ha bendecido con más de un hijo deben amar a sus
hijos amando sus almas inmortales. El
diablo está siempre al asecho, buscando como sembrar zisaña, discordia,
confusion, celos, rivalidades, comparaciones y sospechas. Los padres deben luchar enérgicamente por
fomenter el respeto mutuo, la humildad, el amor y la harmonia entre los
hermanos. Los padres deben evitar el
‟complejo de Caín”. ¿Qué es el ‟complejo
de Caín”? Este es cuando un hermano esta
contra el otro hermano. Cuando un
hermano está contra su hermano, los frutos podridos son: las comparaciones, las
rivalidades, los celos, los pleitos, el odio y acaban por asesinar a su
hermano, sino fisicamente matamos a nuestro hermano en el corazón. ¿Cómo podemos evitar esto? El remedio no está fuera de nuestro alcance. La clave está en la union con Dios en la
oración y tres dimenciones de oración familiar.
Los padres de familia deben rezar por sus hijos; los padres deben
enseñar a sus hijos a rezar; y por ultimo los padres deben rezar CON sus
hijos. Si lo hacemos, es el remedio más
seguro para alejar dicho ‟complejo”.
5. LA
PRESENCIA REAL. Queridos padres de
familia, les exhorto, enseñen a sus hijos desde la cuna. Enséñeles lo que es
la ‟Presencia Real” de Jesús en la Misa, la Consagración y la Santa Comunión. Enséñenles a sus hijos
que Jesús está verdaderamente presente en la Iglesia. ¿Cómo se les enseña? 1) Los
padres mismos deben esforzarse enérgicamente por crecer en su fe en Jesús en la
Eucaristía - nadie puede dar lo que no tiene. 2) ¡LA SANTA MISA! Enseñen a sus hijos que lo más importante
cada semana es el domingo cuando vamos a la Santa Misa. 3)
REVERENCIA. Nuestro mundo modern
ha perdido el sentido de lo sagrado en nuestras Iglesias. Los padres de familia deben enseñar a sus
hijos que la Iglesia es la Casa de Dios y que es un lugar sagrado. Por lo tanto, al estar en la presencia de
Jesús en la Santa Eucaristía, debemos guarder silencia porque el silencio
fomenta la oración y la reverencia. 4)
UNA GENUFLEXIÓN. Padres, hagan ustedes
una buena genuflexión, doblando la rodilla derecha en el suelo y con las manos
juntas en frente del corazón. Pero
explíqueles porque deben hacerlo así.
Una genuflexión es un acto de adoración al Rey de reyes y Señor de
senores que vive en su casita, en la Santa Eucaristía. Los reyes del oriente se prostraron ante el
Niño Jesús en Belén y nosotros en adoración también nos postramos. No olvidemos, Jesús presente en la
Eucaristía, es el Señor de señores, el Rey de reyes y es digno de todo honor y
toda gloria! Y todo esto lo demostramos
con una genuflexión. 5) VISITAS AL
SANTÍSIMO SACRAMENTO. Uno de los
primeros poemas que me acuerdo haber aprendido de niño era sobre visitas Eucarísticas. Y es esta:
‟Cada vez que veo un temple, me detengo por un momento, para que cuando
yo muera el Señor no me diga, - ¿a quién es que contemplo?” Padres de familia, formen el buen hábito de
hacer pequeñas visitas a Jesús Sacramentado.
Aun cuando la visita dure solo cinco minutos, a Jesús le agrada
mucho. El Sagrado Corazón de Jesús se
regocija cuando nos acordamos de Él y lo visitamos.
Para
concluir, si los padres toman en serio su deber de ser como Juan Bautista,
señalarán el camino para llegar a Jesús.
Encaminaran a sus hijos en el camino al cielo pondiendo en practica los
5 puntos que hemos enumerados. 1) Las gracias que se reciben al bautizar cuanto
antes; 2) La oración es la clave para alcanzar el cielo; 3) El valor de ofrecer el sufrimiento a Dios; 4)
Vivir el amor en el seno familiar; 5) Jesús Eucaristía, crecer en fe,
conocimiento y amor a Jesus el Pan de Vida y el Señor de señores y Rey de
reyes. Que Nuestra Señora, Madre de Dios
y Madre de la Iglesia nos alcance gracias extraordinarias con su poderosa
intercesión.