¿QUÉ REGALARLE A LA SSMA. VIRGEN MARÍA?



Un cumpleaños es ocasión de celebración en donde damos regalos al festejado.  No hay celebración de cumpleaños más grande en la historia que el 25 de diciembre, el día en que nació Jesús, el Hijo de Dios.  El segundo más grande es el día en que nació la Madre de Dios, y en el orden de la gracia la Madre de la Iglesia, la Santísima Virgen María.  El 8 de septiembre, el día en que celebramos el nacimiento de María es menos conocido.  Si contamos a partir del 8 de diciembre, el 8 de septiembre es nueve meses después de la Inmaculada Concepción de María.

Qué regalos podemos dar a Nuestra Madre Santísima para mostrar nuestro amor, gratitud, respeto y más grande honor. 

1.  NUESTROS SENTIDOS.  Demos a Nuestra Señora nuestros sentidos para que los usemos siempre para dar gloria a Dios.  Démosle nuestros ojos, para que con María podamos contemplar la belleza de Dios en la naturaleza, en nuestro alrededor, en nuestro prójimo y en las circunstancias de nuestra vida.  Démosle nuestros oídos, para estar siempre atentos a la Palabra de Dios que llega a nosotros en diversas formas.  Nuestra lengua, para que proclamemos la grandeza del Señor y lo alabemos. Para que también  gustemos que bueno es el Señor – para que tengamos hambre y sed por Jesús cada vez que recibimos la Santa Comunión.  Por último, nuestro sentido del olfato, para que sepamos detectar lo bueno y optemos por el bien, y en imitación de María, seamos la dulce fragancia de Cristo.

2.  NUESTRO TIEMPO – el pasado, el presente y el futuro.  Entreguemos todo el tiempo que Dios nos ha dado al Inmaculado Corazón de María.  El pasado: encomendemos nuestro pasado a la misericordia de Dios y al misericordioso corazón de María; el future, encomendemos los años, meses, días y horas a la Divina Providencia y al cuidado y protección de Nuestra Señora.  Nuestro presente, vivamos intensamente el momento presente – porque es lo único que tenemos.  Santa Catalina de Siena decía:  ‟Los dos momentos más importantes de nuestra vida son – ahora y la hora de nuestra muerte.  Amén.”

3.  DUDAS, TEMORES Y ANCIEDADES.  El mundo está lleno de temores, dudas, confusiones, tensiones, guerras y conflictos.  ¿Dónde nos refugiamos?  Depositemos todas nuestras inquietudes en el Inmaculado Corazón de María.  Recemos con fervor la oración de san Bernardo:  ‟Acordaos, Oh piadosa
Virgen María, que jamás se ha
oído decir que ninguno de los 
que han acudido a Ti,
implorado tu asistencia 
y reclamado tu socorro, 
haya sido abandonado de Ti.''  Nuestra Señora resplandece como un faro de luz en medio de un mar de confusión, ella es la ‟Estrella del Mar” que nos conduce al puerto seguro del Cielo.

4.  TENTACIONES Y PECADOS.  No dudemos más.  En medio de la tempestad de tentaciones, refugiémonos en los brazos de María.  ¡La vida es un campo de batalla!  Si por desgracia caemos y pecamos, acudamos a Nuestra Señora de la Merced quien nos dirigirá nuestra mirada a Jesús Rey de Misericordia.  Dios siempre está presto para recibir a sus hijos pródigos (Lc 15 – La parábola del Hijo Pródigo)  Qué madre no ama a su hijo, y más si ese hijo la necesita porque se ha caído, se ha lastimado y la necesita.  El amor de Jesús y María hacia nosotros no disminuye cuando hemos pecado.  Es tan grande su amor que lo que más ahelan as envolvernos en su misericordia.


5.  ORACIONES, ROSARIOS Y CONTINUO DIÁLOGO.  Lo que María más anhela son las oraciones de sus hijos.  La oración es simplemente conversar con Dios, los ángeles, los santos y con Nuestra Madre Santísima.  Cuando María se aparecio en Fátima a Jacinta, Francisco y Lucia, seis veces les dijo que rezaran el Rosario.  San Juan Pablo II igual insistía en el rezo del Santo Rosario, en particular por la familia y por la paz del mundo.  Cada vez que rezamos un Ave María estamos diciendo ‟María te amo” y María no se cansa de escucharnos decir que la amamos.

Para cerrar, demos a María para el día de su cumpleaños estos regalos 1) Consagremos nuestras facultades 2) Nuestro tiempo – nuestro pasado, presente y futuro 3) Depositemos nuestros temores y dudas en el refugio seguro de su Inmaculado Corazón  4)  Nuestros fracasos morales y 5) Nuestras oraciones especialmente todas nuestras Ave Marías.  Felicidades Madre Santísima por ser día de tu santo.  ¡Recibe nuestros humildes regalos!