¡Qué bueno es trabajar! ¿Por qué?
Porque Jesús así nos lo enseñó. Entre
las muchas cosas que hizo Jesús, pasó la mayor parte de su vida con Maria, su
madre, y trabajando con san José, su padre adoptivo. Jesús aprendió de san José el arduo oficio de carpintero. En ese taller
de Nazaret no habían herramientas eléctricas.
Todo requería la mano de obra, ya sea serrar, cortar, martillar o ajustar la madera para hacer mesas, sillas y puertas. En verdad era trabajo duro.
En mis meditaciones, he contemplado varias veces
escenas de Jesús y san José llagando a casa después de un fuerte día de
trabajo. Me imagino que llegaban
exhaustos y llenos de sudor, con aserrín en el cabello, manos sucias y llenas de
callos. Y creo que no llegaban así de
vez en cuando sino todos los días.
Hoy, pocos consideran que es importante ser honesto
en el trabajo. Muchos escojen el camino
fácil, hacen lo mínimo, no se esmeran o ponen empeño en lo que hacen, son
perezosos y dan poca importancia a su trabajo.
Por consiguiente, presentaremos razones de por qué debemos
valorar el trabajo. Debemos ver las diversas dimensiones del trabajo y acojerlo por ser una parte importante de nuestra corta
vida. Dice san Pablo, ‟trabajad
con temor y temblor por vuestra salvación.”
San
Alberto Hurdado decía: ‟Hay dos
lugares para descansar: el cementerio y el cielo.” ¡La vida es corta, trabajemos duro para
descansar para siempre en con Jesús, María y san José!
Presentaré 5 puntos de motivación para animarnos a tener una ética de trabajo de honestidad y sólidez. Elevemos nuestro trabajo al plano espiritual.
1. IMITEMOS A JESÚS, MARÍA Y SAN JOSÉ. Fue en el pequeño
pueblo de Nazaret donde Jesús pasó su infancia junto a sus padres, María
y José. La relación de Jesús con sus
padres terrenales fue de amor y obediencia y con su Padre Celestial fue de amor
y oración. Jesús también trabajó, y
trabajó duro en el oficio de carpintero.
Jesús, María y José son nuestros modelos y debemos imitarlos en la forma
que desempeñamos nuestro trabajo y en nuestra entrega. La Sagrada Familia trabajó con orden, esmero y dedicación - hicieron todo para la mayor gloria de Dios. Ésta debería ser nuestra ética laboral.

2. CARIDAD CON EL PRÓJIMO. El trabajo bien hecho puede ser una obra de amor hacia el prójimo. Una ama de casa que pasa largas horas en la cocina
preparando los alimentos para su familia o haciendo el quehacer de la casa trabaja duro. Pero este mismo trabajo puede
convertirse en una obra de caridad hacia el prójimo. San Pablo nos exhorta a que obremos con
pureza de intención: ‟En todo caso, lo mismo si comen, que si
beben, que si hacen cualquier otra ... beban, o que hagan
cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”

3. RECHASAR
LA TENTACIÓN Y EL PECADO. Cuentan que
cuando llegaba cierta temporada del año, san Juan Bosco, el patrón de la
juventud, se llenaba de un miedo mortal - durante la temporada de vacasiones
de los jóvenes. ¿Por qué? Porque en esa temporada, los jovenes que
vivían en el oratorio y estaban acostumbrados a trabjar duro, a estudiar, a
practicar deportes y otras actividades regresarían a casa en donde tendrían todo
el tiempo del mundo libre. Y cuán cierto
es el refrán: ‟El oscio es el taller del
Diablo.” Cuando los jóvenes no tienen
nada que hacer, el diablo des daba mucho que hacer. La clave para vencer al demonio y sus aliados
es trabajar duro y con diligencia.

4. CON CLAVE
DE ETERNIDAD Y LA RECOMPENSA ETERNA. La
Palabra de Dios dice que recibiremos nuestra recompensa o nuestro
castigo según vivimos y utilizamos el tiempo, los tesoros y talentos
que Dios nos dio. Veamos el ejemplo que
nos han dado los santos. Ellos oraron
mucho pero también trabajaron fuertemente.
El lema de san Benito era ‟Ora et Labora” que es latín por ‟Ora y
Labora”. San Alfonso María Ligorio, el
gran Doctor de la Iglesia, patrón de los teólogos y gran amante de María, hizo votos de no
perder ni un minuto de su tiempo. Y en verdad, todos los santos se
esfuerzan por vivir el espiritu de este voto de san Alfonso. La vida es corta y el tiempo en verdad
apremia. Como dijo san Alberto Hurtado,
un sacerdote y santo chileno, ‟Hay dos lugares para descansar: el cementerio y
el cielo.”
5. EL
BUEN EJEMPLO. Solemos seguir el
ejemplo de otros, ya sea el buen ejemplo o el malo. Hay un dicho que dice: ‟El ejemplo arrastra.” Me acuerdo que cuando era niño, odiaba el día
sábado. ¿Por qué? Porque mi padre nos hacia trabajar muy duro a
mi y a mis hermanos. Nosotros sus hijos trabajábamos duro pero también veíamos el ejemplo de nuestro padre. Y viéndolo bien y con toda sinceridad, él trabajaba más duro que
todos nosotros. Es decir, ¡su ética
sobre el trabajo la predicaba no con palabras sino con su poderoso ejemplo!