LUCHAR POR LA PUREZA DE CORAZÓN



 

Jesús dijo, "Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios". (Mt. 5:8). San Pablo nos recuerda de nuestra dignidad, "Tu cuerpo es templo del Espíritu Santo; glorifiquen a Dios en sus cuerpos".  Nuestra Señora de Fátima en 1917 habló sobre la virtud de la pureza de tres maneras diferentes: la modestia, la perdición eterna y la institución de la familia.  La madre de Dios, quien se apareció seis veces a los pastorcitos, Lucía, Jacinta y Francisco,¡les reveló un mensaje que impactaría al mundo entero!


1. El 13 de julio de 1917, Nuestra Señora mostró a los niños una visión gráfica del infierno.  Ella imploró a los niños que rezaran el Rosario y que ofrecieran sacrificios – muchas almas se pierden porque no hay nadie que ofrezca sacrificios por ellas. Luego tristemente dijo que la mayoría de las almas se pierden por toda la eternidad a causa de los pecados contra los sexto y noveno mandamiento — es decir, los pecados cometidos contra la virtud de la pureza.


2. MODESTIA.   María también dijo que muchas modas inmodestas entrarían al mundo que ofenden gravemente al Señor.   Si María dijo esto al principio del siglo pasado, ¿qué se puede decir de hoy día? ¡La inmodestia se ha esparcido ampliamente en todo el mundo: desde la televisión, el cine, la internet, los anuncios, hasta el vestir en general!


3. MATRIMONIOS.  Además, nuestra Señora dijo que muchos matrimonios no eran buenos, no agradaban a Dios.  Ella no da la razón expresamente, pero nos podemos suponer que una de las razones principales es el pecado de la impureza antes del matrimonio, en el matrimonio--- a detrimento de los niños y la protección de la familia.

La lujuria es uno de los pecados capitales a consecuencia del pecado original.  Primero, una breve definición de la lujuria.   Es el deseo desordenado de el placer sexual.  La sexualidad tiene su lugar apropiado, su propósito y bendición.  ¿Dónde, cuándo y con qué intención?   La sexualidad es bendecida por Dios, sólo en el contexto del sacramento del matrimonio entre hombre y mujer, con el fin de una entrega mutua (El Don de Si Mismo, del Papa JPII) y con la intención de estar abierto a la vida o la procreación de hijos.  ¡La definición no es nada complicada!  Sin embargo, sin la gracia de Dios, ¡es imposible vivir!

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la pureza se puede lograr con auto-maestria o autocontrol.  No es una virtud que se logra de la noche a la mañana, pero debe lograrse sobre todo con la gracia de Dios y la nuestra colaboración con su ayuda!

¿Cuáles son algunos medios concretos ascéticos místicos y prácticos que se deben emplear para alcanzar la virtud de la pureza y vivir la bienaventuranza: "Bienaventurados los puros de corazón, porque verán a Dios".  (Mt 5:8).


1. ¡LA ORACIÓN!   La pureza, tal como la humildad y el perdón, son virtudes sobrenaturales — es decir, la pureza es una virtud que trasciende nuestra fuerza natural.  En otras palabras, necesitamos la ayuda de Dios a través de la gracia.  Por lo tanto, debemos pedir la virtud de la pureza humildemente y constantemente.  "Pide y se te dará; busca y encontrarás; llama y se te abrirá la puerta." (Mt.7:7)  Agustín dice que todos somos mendigos ante Dios.  ¡Por qué no pedir pureza de corazón, de mente, de alma, de cuerpo e incluso de intención!

2. ¡PENITENCIA!  Nuestra Señora de Fátima nos hace un llamado a la oración -- en cada una de las seis apariciones ella insiste en el Rosario.  También exhortó a los tres pastorcitos que ofrecieran sacrificios que eran de mucho agrado a Dios. Penitencia, mortificación, abnegación, a veces ayunos  - todos sirven para frenar nuestra naturaleza sensual y animal.  Si no frenamos y vencemos la carne, entonces nos convertiremos en esclavos de ella.

3. ¡EL TRABAJO!  "El ocio es la madre de todos los vicios!"  ¡Si no tenemos nada que hacer entonces el diablo nos dará mucho que hacer y nos lo pintará color de rosa!  Analizando nuestra vida, podemos ver un denominador común: ¡si no tenemos nada que hacer, llega la tentación y después la caída!    Una clara ilustración bíblica es la caída del rey David.  David lo tenía todo – ¡increíble talento, era poeta, místico, escribió los salmos, músico, guerrero exitoso y era rey de Israel!  Pero tenía una debilidad: hay que llamarlo su "Kryptonita"!   Él no salió a la batalla por pereza.  Con mucho tiempo libre, una larga siesta y la indiscreción de sus ojos, el rey David codicia a Betsabé, comete adulterio con ella y acaba asesinando a su marido Urías!   Para evitar cualquier problema nuestro lema debería ser el lema benedictino: "Ora y Labora!"— es decir, "Ora y Trabaja!"


4. ¡LA CONFESIÓN!  En el sacramento de la es confesión, la especifica gracia sacramental que se recibe es la sanación.  Jesús es el "médico divino", él puede sanar toda la persona, cuerpo y alma.  La práctica de la confesión frecuente es de valor infinito.  Sirve como medicina para el alma;  ¡medicina curativa o medicina preventiva!  ¡Inténtelo y ve los resultados!


5. ¡CONTROL DE LA VISTA!  Sin duda alguna, hoy nos vemos bombardeados con muchas  imágenes impuras e indecentes: la televisión, el internet, las películas, carteleras, periódicos y revistas, inmodestia en el vestir, etc..  "Los ojos son el espejo del alma".  Hoy más que nunca,¡debemos de guardar recato de los ojos!  Recuerde el pecado de David.  ¡El santo, Job, hizo un pacto!  El pacto fue: ¡él no vería mal a una doncella!  ¿Por qué no hacer lo que hizo el piadoso Job, ¡hacer un pacto para que los ojos solamente contemplen la belleza de la creación de Dios!  "Bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios!"  (Mt 5:8)


6. ¡LA CONVERSACIÓN!  Nuestra conversación no debe ser de nada que trate con la impureza.  En un escrito sobre la vida de San Juan Bosco se comenta que cuando él fue joven, algunos hombres mayores habían dicho algo impuro.  ¡Muchos años después el Santo lamentaba que él no podría borrar lo dicho de su memoria!  Recuerde la advertencia de Jesús: "el día del juicio tendremos que dar cuenta por todas y cada una de las palabra que pronunciamos."


7. ¡AUTOCONOCIMIENTO!  San Ignacio de Loyola insiste en el autoconocimiento.  Uno de los motivos principales del examen diario es para ver la presencia de Dios en nuestras vidas, y también para descubrir nuestras debilidades que conducen a la caída.  En el transcurso del día, hay momentos de debilidad.  Haga en este momento un rápido examen, vea la hora, el lugar y las circunstancias en las que --- en el pasado — ha caído en la impureza.  ¡Utilice este autoconocimiento como una valiosa herramienta para evitar futuras caídas!  Un famoso historiador escribió una vez: "Quien no conoce la historia, está condenado a repetir los mismos errores".  De igual modo, podemos decir lo mismo de la ausencia del autoanálisis en el área de la pureza, el no conocerse puede causar una caída el día de mañana!  El filósofo griego dijo, ¡una vida que no se examina es una vida que no vale vivir! 


8. ¡EQUILIBRIO!  El no dormir, la falta de ejercicio, malos hábitos alimenticios y la tensión y la frustración de la vida cotidiana, a menudo agrava el apetito sexual y ¡fácilmente puede causar una caída!  El cuerpo se debe de respetar porque es templo del Espíritu Santo, especialmente en la pureza, salud e higiene!


9. EL CUERPO DE CRISTO EN NUESTRO CUERPO, EL TEMPLO DE CRISTO. Es de suma importancia recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo en el sacramento de la Eucaristía, con fervor, frecuencia y fe, para alcanzar la virtud de la pureza.  ¡Reflexione sobre esta profunda verdad!  Al recibir la Santa Comunión, la Sangre Preciosa y Pura de Cristo entra en tu cuerpo, tu mente, tu corazón, incluso circula por tus mismas venas. ¡Qué mejor manera de alcanzar la pureza que Jesús mismo tome posesión de todo su ser!


10.¡INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA!  En el Diario de Misericordia en Mi Alma de Santa Faustina Kowalska, hay una anécdota de cierre que queda perfectamente en nuestro tema sobre la pureza.  Jesús se le aparece en toda su gloria y le pone en su cintura un cinturón dorado.  Desde ese momento le da el don de perfecta castidad.  Ya no experimentó inquietudes de la carne (la concupiscencia); aún más, ¡de allí en adelante ella nunca experimentó impureza de pensamiento!  Faustina dijo que ella le había estado pidiendo a la Santísima Virgen esta gracia de perfecta castidad por mucho tiempo.  Que la Inmaculada Concepción, el Inmaculado Corazón de María, la Virgen de vírgenes, María nuestra madre y reina, nos alcance pureza de mente, corazón, cuerpo, alma e intención para que podamos vivir la bienaventuranza, "Bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios." (Mt 5:8)