LA SANTÍSIMA TRINIDAD



 

Después de varias horas de oración, reflexión y de escribir, san Agustín decide tomar un descanso.  Mientras caminaba por la orilla del mar, quedó fascinado al ver lo que parecía ser un niño pequeño que llevaba una cubeta, la llenaba con agua del mar, tiraba el agua sobre la arena y salpicaba y de nuevo corría hacia el mar y repetía lo mismo.  ¡El niño continuó este proceso incesantemente!  Por fin, el gran teólogo y Santo detuvo al niño y le pregunta por qué hacía esto.  "¡Quiero vaciar todo el océano con mi cubeta!", respondió el niño.  Agustín le responde: "¡Eso es imposible!"   Entonces el niño dijo, "¡Es mucho más fácil que yo vacíe este inmenso océano en la arena con mi cubeta que tu puedas comprender el misterio de la Santísima Trinidad!"

En aquel entonces san Agustín estaba escribiendo (y le tomó varios años) uno de los más grandes tratados teológicos en la historia de la Iglesia sobre la Santísima Trinidad -''De Trinitate".


 Un misterio teológico no contradice la razón sino trasciende la razón.  El mensaje esencial de esta anécdota es que el verdadero seguidor de Jesús debe hacer un continuo y decidido esfuerzo de estudiar, aprender, asimilar y vivir su fe.  Aun así nunca podremos comprender completamente la esencia del misterio de Dios y el misterio de la Santísima Trinidad.  Sin embargo, san Anselmo el Doctor de la Iglesia afirma: "La fe busca el entendimiento".   Por consiguiente, se presentarán algunas ideas sobre este gran misterio de nuestra fe:  LA SANTISIMA TRINIDAD.

RELIGIÓN TRINITARIA ENCARNACIONAL MONOTEÍSTA — ¡EL CATOLICISMO! Parecen palabras altisonantes pero no son extremadamente difíciles de explicar.

MONOTEÍSMO.  Los Musulmanes, Judíos, Protestantes, Ortodoxos y Católicos tienen este lazo en común: el monoteísmo, que significa que todos creemos que hay un solo Dios, y no muchos dioses - politeísmo.

TRINITARIA---significa un Dios, pero tres Personas distintas.

ENCARNACION -- significa que una de la Personas, la Segunda Persona, Jesucristo, asumió un cuerpo -- se Encarnó--se hizo hombre.


LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Este precepto de fe afirma que hay un solo Dios, pero tres Personas distintas en la trinidad.

El Padre es la Primera Persona de la Santísima Trinidad, el «Creador» y manifiesta infinito poder.  Jesús tiene una relación tierna e íntima con el Padre, le llama "Abba"— es una palabra muy tierna y cariñosa, "¡Papá!"

El Hijo es la segunda Persona de la Santísima Trinidad.  Su nombre es JESUS.  Jesús tiene dos naturalezas: la Divina y la Humana.  Esto significa que Jesús es Dios y Hombre.  La unión de estas dos naturalezas se llevó acabo en el momento de la Anunciación/la Encarnación - cuando la Virgen María dio su ''si'' a Dios por la intercesión del Arcángel Gabriel.  Cuando María dio su "Fiat", diciendo: "He aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra", es el momento de la Encarnación.  Jesús descendió del los cielos y entró en el vientre de María.  Como las palabras del Evangelio de san Juan contemplamos con asombro y reverencia: "Y el Verbo se hizo Hombre y habitó entre nosotros".  Esta unión de lo Divino y lo Humano los teólogos llaman «Unión Hipostática».   Honramos esta realidad el 25 de marzo, también el día de Navidad, el 1 de enero y la toda la temporada de Navidad---la Encarnación y el nacimiento de Jesús, la segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Finalmente, la tercera Persona de la Santísima Trinidad es el Espíritu Santo.  Los varios nombres sublimes del Espíritu Santo incluyen: el Santificador, el Consejero, el Consolador, el Dedo de la mano de Dios, el Soplo de Dios, el Dulce Huésped del alma y el Paráclito.

Las tres Personas de la Santísima Trinidad están siempre unidas y obran en forma conjunta.  En otras palabras, no hay separación, divorcio o división entre las tres personas de la Santísima Trinidad.  ¡Existe siempre unidad, armonía y amor!

La Trinidad es familia y por supuesto la más perfecta de familias. Te preguntarás ¿cómo?  El amor y la unidad es lo que une a una verdadera familia.  En la Trinidad, el Padre ama al Hijo y genera eternamente al Hijo; el Hijo, a su vez eternamente ama al Padre.  Finalmente, el Espíritu Santo es verdaderamente el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo.  Por esto san Bernardo el Doctor Melifluo, poéticamente le llama: ¡El  Espíritu Santo es el abrazo mutuo entre el Padre y el Hijo!



Toda familia debería seguir el modelo de la Santísima Trinidad.  Las familias son llamadas de amar y vivir el último y más grande mandamiento que Jesús dio en la última cena: "Ámense los unos a los otros como Yo os he amado".  San Pablo dice que el amor es el vínculo de la perfección.  Además el autentico amor se manifiesta en la unidad.  Aunque la familia este dotada de grandes talentos si hay divisiones, la familia es débil.   El dicho es tan cierto, "la fuerza de una cadena depende del eslabón más débil".  La Santísima Trinidad nos enseña desde toda la eternidad el valor sublime del amor y el valor fortificante de la unidad.  ¡No obtendrán la victoria ejércitos, atletas, coros, comunidades, ni familias que hayan sido atacadas por el espíritu de división!

Si no fuera por la Revelación Divina, la revelación de Jesús del misterio de la Santísima Trinidad- y la Iglesia quien aclara, enseña, explica y expone el misterio de la Trinidad - ¡nunca sabríamos o hubiésemos llegado al conocimiento de tan sublime y maravilloso misterio!


A los Santos damos honor y a este culto se le llama el culto de ''Dulia''.   A la Santísima Virgen María damos el más alto honor y veneración, que es el culto de "Hyperdulia".  Atribuimos el culto de ''Latria'' a la Santísima Trinidad, que es un solo Dios y tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Latria significa alabar y adorar a la Trinidad.  Alabemos a la Santísima Trinidad con estas palabras: "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.