Adoración: 10 formas de adoración. ¡Hagámoslo!




De todas las formas de oración que podemos elevar a Dios, la más perfecta es la adoración.  El P. John Hardon, SJ define la adoración como el acto de religión por el cual se reconoce a Dios como el único que es digno de honor supremo.  Dios quien es infinitamente perfecto, ejerce sobre el hombre, dominio soberano y una dependencia total de parte del hombre en Dios su creador.  La adoración es un acto interior de la mente y de la voluntad, se expresa en oración apropiada, posturas de alabanza, actos de sacrificio y reverencia. (Diccionario Católico de Bolsillo, P. John Hardon, S.J. página 10)

Los 3 reyes rindieron honor a Jesús, se postraron en adoración y le ofrecieron regalos precisos.  Siguiendo el ejemplo de los reyes se presentaremos 10 formas para cultivar una actitud de adoración.

1.  GLORIA.   Rece esta oración trinitaria de alabanza lentamente y medite las palabras.  En esta oración trinitaria usted está: Alabando y dando gloria y honor a un Dios Trino—Un Dios y tres Personas distintas.
 
2. SALMO.  Los sacerdotes, diáconos y religiosos rezan el Oficio Divino, la Liturgia de las Horas cada día para santificar las horas del día en distintos momentos.  De hecho, muchos de los Salmos son salmos de alabanza.  Por ejemplo, si ve los últimos tres salmos de la Salmodia verá que se rezan salmos de alabanza.  Pero no sólo aquí se rezan salmos de alabanza, ¡hay muchos más!  Esté más atento al rezar los Salmos en cuanto al carácter de la alabanza.  La Salmodia está compuesta de 150 salmos y es el libro de oración por excelencia.  Forme el buen hábito de rezarlos más y así alabará a Dios.


 3. SAN FRANCISCO:  El Cántico del Sol.  Una de las oraciones más famosas de san Francisco, junto con la oración, "Hazme un instrumento de tu paz" es "El cántico del sol".   Este hermoso himno poético, atribuido a san Francisco nos invita a alabar a Dios al contemplar la belleza de la naturaleza.   Toda la naturaleza alaba a Dios por su mera existencia.  Como cristianos no alabamos a la creación; sino alabamos al creador, el autor de la creación--- a Dios mismo.  Al admirar la belleza de la creación, nuestros ojos, nuestra mente y nuestro corazón se eleva a la fuente de toda belleza, Dios mismo.

4.  PRINCIPIO Y FUNDAMENTO.   San Ignacio nos invita en ''Principio y Fundamento'' a reflexionar sobre la razón de nuestra existencia.  Comienza san Ignacio diciendo, "El hombre es creado para alabar a Dios..."  Todas las otras reflexiones siguen este llamado de alabar a Dios...

5.  COROS ANGÉLICO.   Santo Tomás de Aquino clasifica a los ángeles en jerarquías o grupos llamados "Coros": Ángeles, Arcángeles, Principados, Virtudes, Potestades, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines.  Los coros más altos de ángeles se dedican a alabar a Dios - Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Por lo tanto, una devoción a los ángeles puede elevar nuestra capacidad de alabar a Dios.  De hecho, la oración y el ejemplo de los ángeles, ¡pueden motivarnos a hacer lo mismo!    Esa primer Noche Buena los pastores supieron del nacimiento del niño Jesús por el anuncio de los ángeles.  En esa noche oscura y fría, "De pronto hubo una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace." (Lc 2:13-14)

6.  EL ÁNGEL DE FÁTIMA.   Antes que nuestra Señora de Fátima se le apareciera a los tres pastorcitos - Jacinta, Francisco, y Lucia - el ángel de la guarda de Portugal se les apareció tres veces.  El ángel les enseñó como orar; igual les enseñó una postura de oración y alabanza que es rostro en tierra ante la grandeza, majestad y divinidad de Dios. Además, el ángel les invitó a que ofrecieran oraciones de reparación.  Por último, en la tercera y última aparición del ángel, apareció el Santísimo Sacramento suspendido en el aire, que es el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús.  Se veía una gran Hostia y debajo de la Hostia el Cáliz con la Sangre de Jesús.  El ángel les invitó a recibir la Comunión y ofrecerla en reparación por los pecados contra este más sublime y grande de sacramentos - Jesus Sacramentado.  En resumen, el mensaje de Fátima puede servir para que de rodillas adoremos humildemente a Jesús Eucaristía; ¡nuevamente los ángeles son el instrumento que nos ayudan!   ¡Venid, adoremos a nuestro Señor!


7.   EL SANTO SACRIFICIO DEL ALTAR.  Indiscutiblemente, la forma más perfecta que el ser humano puede adorar a Dios en éste mundo es en la antesala del cielo - el Santo Sacrificio de la Misa.  Al asistir a Misa la participación debe ser con la mayor reverencia, devoción, fervor y fe.  El objetivo principal del Santo Sacrificio de la Misa es alabar a Dios Padre, ofreciendo a Dios su Hijo---Jesús la Víctima sin mancha — por el poder del Espíritu Santo.   La doxología lo dice todo: "Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos.  ¡Amén!  Este gesto sublime se realiza justo antes de la oración del Padre Nuestro y poco antes de recibir el Pan de los ángeles, ¡la Santa Comunión!

8. NUESTRA VIDA.  En uno de sus brillantes comentarios, el gran san Agustín advierte que seamos auténticos.  Él dice que debemos tener cuidado de no contradecir la alabanza que pronunciamos con nuestros labios con la hipocresía de nuestra vida.  Es decir, la alabanza que resuena de nos labios y nuestro corazón se debe reflejar en el amor que manifestamos a nuestros hermanos.  Recuerde el último y más grande mandamiento de Jesús: "Améis los unos a los otros como yo os he amado.''


9.  ORACIÓN CONTEMPLATIVA DE ADORACIÓN.  La Iglesia nos exhorta a que visitemos al Santísimo Sacramento y que pasemos tiempo con el Señor.  Sin embargo, el simple estar frente al Santísimo no significa que de hecho estamos alabando a Dios.  Las estatuas y cadáveres igual pueden estar ante el Santísimo, ¡y no se puede decir que están adorando a Dios!  Le corresponde a los pastores, maestros y catequistas enseñar a los fieles el arte de la adoración.  ¡He aquí algunas sugerencias prácticas!   Silencio en la Iglesia, porque estamos ante un Dios tres veces Santo. (Visión de Isaías en el templo)  ¡La genuflexión!   La genuflexión se debe hacer con gran reverencia.  En verdad, en este gesto y postura corporal reconocemos quién es Dios y que es nuestro deber adorarle.  Mirémoslo con amor tal y como el salmista nos invita: "Miren hacia Él y quedarán resplandecientes."  Permita que su entendimiento, su mente, su comprensión y su afecto estén totalmente absortos y cautivados con ¡Aquel con quien está conversando!  ¡La verdadera oración implica una entrega total de la persona y esto conduce a la adoración!

10. MARÍA.   María nos puede enseñar a orar.  En toda aparición siempre nos invita a orar.  En la Biblia la oración más larga y bella de María es su Magníficat, que es precisamente una invitación a la oración, o más bien, una alabanza a Dios.  Escuche las palabras que el Espíritu Santo inspiró en el Inmaculado Corazón de María: "Mi alma magnifica al Señor...  Que es otra forma de decir: "Mi alma glorifica al Señor..."  ¡Que nuestra Señora nos enseñe a alabar a Dios aquí en la tierra y en el cielo por toda la eternidad!