LA VISITACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA A SANTA ISABEL - Lc 1:39-56


María e Isabel comparten su alegría.

Fijemos nuestros ojos con amor en María Santísima, nuestra vida, dulzura, esperanza, nuestra guía, maestra y modelo.  Con confianza recemos la hermosa oración de san Bernardo, Acordaos, ''Jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, haya sido desamparado...''


El mes de Mayo, mes de María, concluye con una de las más hermosas fiestas Marianas, la Visitación de María Santísima a su prima santa Isabel.  De este segundo misterio gozoso y joya Mariana, podemos aprender hermosas y profundas enseñanzas espirituales.  Bajemos a esta mina de oro, a esta "mina espiritual" y tomemos a manos llenas de sus exquisitos tesoros.

María y la Anunciación.
1.  LA ANUNCIACIÓN.   La Anunciación culmina con el ''fíat'' de María, el ''sí'' de María y la encarnación del Hijo de Dios.  Sus palabras fueron precisamente estas: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra."  Ese momento, fue uno de los momentos más grandes en la historia del mundo, porque tuvo lugar la encarnación del Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, quien descendió de su trono celestial y se encarnó (se hizo hombre) en el vientre purísimo de la ¡Santísima Virgen María!  Cautivados en asombro, ¡adoremos humildemente tan sublime misterio!


2. COMUNIÓN Y CARIDAD FRATERNA.  Después de la encarnación del Hijo de Dios en su vientre, María no guardó para sí misma este "don", sino de prisa salió para dar a Jesús a los demás.  Emprendió un camino de 80 kilómetros hacia Ain Karim, cruzando una ciudad montañosa, para ayudar a su prima Isabel.  El Papa Benedicto XVI en su exhortación apostólica "Sacramentum Caritatis" insiste, que de igual forma como Maria salió con Jesús en su vientre, la Misa y la Santa Comunión deben transformarnos e impulsarnos a ser celosos misioneros y a llevar la Buena Noticia de Jesús a todo el mundo.

3.  PRESUROSA.  Sin postergar o posponer, esperar o retrasar, María movida por el Espíritu Santo sale inmediatamente.  ¿Aprendizaje?  Al recibir una inspiración del Espíritu Santo, seamos obedientes, prontos y dóciles en responder.

4.  CAMINE CON MARIA Y EMPRENDA UN DIÁLOGO CON ELLA.  Entre en una contemplación Ignaciana, imagine que emprende el viaje con María.  Contemple a María, su alegría, su paso presuroso, consiente que lleva a Jesús en su vientre, su determinación en hacer la voluntad de Dios sin medir obstáculos, sin fijarse en todo lo que aquel largo viaje a Ain Karim abarca.  Acompañe usted a María en este viaje, admire su majestad, y deje que su humildad y sencillez le inspire.  En este largo camino, ábrale su corazón a María, hable con ella, cuéntele lo que está pasando en su vida. ¿Por qué no también compartir con ella lo que más le pesa en la mente y el corazón.  María Santísima es la más atenta.


Nuestra Señora y la Santa Eucaristía.

5.  PROCESIÓN EUCARÍSTICA.   Tenga muy presente mientras camine, que el pequeño Jesús ya está presente en el vientre de María, por lo tanto, en verdad es una "procesión Eucarística" (una procesión de Corpus Christi).  María siempre nos acerca a Jesús, como vemos en las bodas de Caná, cuando escuchamos sus últimas palabras: "¡Hagáis lo que Él os diga!"   ¡Maravilloso consejo!  Pida la gracia de tener mayor fe, amor y devoción a la Santa Eucaristía!

6.  ¡GOZO!   La Visitación es el segundo misterio gozoso.  La verdadera fuente de alegría y gozo es estar con Jesús y María.  El cántico de María (su Magnificat) hace resaltar esta verdad: "Mi alma magnifica la grandeza del Señor y mi espíritu se llena de gozo en Dios mi Salvador..."  Que igual nosotros, busquemos siempre la verdadera fuente de gozo ¡JESÚS!



El saludo gozoso: ¡Shalom!
7.  ¡EL SALUDO!   María saluda a Isabel con el saludo tradicional de los judíos, SHALOM, ¡la paz sea con vosotros!   De igual manera, nuestros hogares, nuestras familias, nuestras comunidades, nuestros grupos, nuestras parroquias y nuestras actividades, deben caracterizarse por este "Shalom".  En estos círculos debería reinar siempre un ambiente cálido, acogedor y agradable.  Como nos enseña Maria, para que nuestro apostolado sea eficaz, se debe siempre caracterizar por una calidez acogedora!
             

8.  SAN JUAN, EL NIÑO EN EL VIENTRE, ¡SALTA DE ALEGRÍA!   Al escuchar el saludo de María, el niño en el vientre de santa Isabel (san Juan), salta de alegría.  ¿Qué vemos aquí?  Jesús, aun antes de nacer, actúa como Redentor, liberando a su primo y precursor de la atadura del pecado original.  ¿Que nos dice?  Indudablemente, el tener contacto con Jesús y María en la oración, será medio poderoso para liberarse las garras del pecado sobre nosotros y la esclavitud del pecado.  El pecado en verdad es esclavitud, del cual Jesús y María vinieron a dar verdadera libertad, ¡la libertad de los hijos e hijas de Dios!  "María concebida sin pecado original, rogad por nosotros que recurrimos a vos."


María formó a Jesús en su vientre.
9. ¡EL PASAJE PRO-VIDA "POR EXCELENCIA"!  En nuestra sociedad moderna, estas dos mujeres serían candidatas perfectas para el aborto. ¿Por qué?  Una era muy joven (María), mientras la otra demasiado anciana (Isabel).  Sin embargo, ambas tuvieron una confianza infinita en la Divina Providencia, y por consecuencia dieron a luz a los más grandes, a san Juan Bautista y ¡JESÚS EL HIJO DE DIOS!  Que esta meditación del misterio de la Visitación, nos haga siempre defensores implacables de la vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.  Dios es el Autor y origen de la vida y ¡sólo Él es quien decide cuándo nos llama a si mismo!


Arte tradicional de la Visitación.
10.  MARÍA Y CARIDAD ACTIVA.  El amor a Dios no se reduce sólo a palabras, sino se manifiesta en obras, en servicio, y en ver reflejado a Jesús en la presencia de nuestro prójimo!  María no sólo saludó a Isabel, sino de forma activa, sirvió en su necesidad a su prima ya anciana quien estaba embarazada!  Dejemos que nuestra imaginación se recree en una contemplación Ignaciana, acompañando a María en su caridad activa.  ¿Cuáles podrían ser algunos quehaceres que María realizó con desbordante amor y alegría?  Sacar agua del pozo, porque en aquel entonces no había agua potable.   Barrer la humilde casa - no habían aspiradoras hace 2000 años.  Lavar, secar y colgar ropa - no habían maquinas de lavar para ayudar en la labor doméstica.  Cocinar, hornear, poner la meza, lavar la loza y limpiar la cocina - No había sitios de comida rápida o comida corrida.  Igual no habían grandes refrigeradores, en donde se almacenaba comida para luego sacar y tirarla cada semana!  María llevaba acabo con el más grande amor y atención a su prima Isabel, todas estas humildes labores domésticas.  Recuerde, que la santidad no depende de la grandeza de la obra, sino del gran amor que acompaña cada obra -- aún si a los ojos del mundo parece algo pequeño e insignificante.  El secreto de santidad de santa Teresita y María en el misterio de la Visitación es, hacer las cosas ordinarias con extraordinario amor.  ¡Eso es la santidad!
Para concluir, contemplemos la vida, palabras, gestos y acciones de María Santísima, especialmente el Misterio de la Visitación, para pasar así de la vida contemplativa a la caridad activa hacia nuestros hermanos y hermanas, ¡quienes son en verdad Jesús!  ''Todo lo que hiciste al más pequeño de mis hermanos, me lo hiciste a mí.''


Gracias María por tu ''sí''!